«Abriuse o camiño e completouse con paneis explicativos, para que os visitantes poidan saber o que van vendo», explicaba Pérez. Solo falta el panel de la excavación, a la espera de registrar todo lo que se ha encontrado. En verano los turistas podrán llegar hasta el castro y disfrutar del yacimiento con todas las explicaciones a su alcance.
El objetivo de ambos gobiernos locales (que cuentan con el apoyo económico del GDR para sufragar los gastos) es conservar el castro y hacer de él un reclamo turístico. La excavación en marcha es solo un primer paso para poner en valor un castro que tiene casi tres hectáreas. «O que temos á vista é unha pequena mostra do que hai. Como pasa nestes xacementos, require dunha actuación continua cada temporada para darlle monumentalidade e volume», argumenta Pérez. Para profanos en la materia, explica que sería preciso trabajar una generación entera; y compara el castro de Acea con San Cibrao de Las. «O de Las ten oito hectáreas, levan 30 anos traballando e hai unha hectárea escavada», señala. Y añade: «Vai pouco a pouco, non é fácil sacalo enteiro». Al mismo ritmo, para sacar a la luz todo el castro de Acea (también llamado Outeiro do Castro) serían precisos 90 años.