«¿Cuántas motos pude arreglar en Ourense? Miles y de todo tipo»

Cándida Andaluz Corujo
cándida andaluz OURENSE / LA VOZ

BANDE

MIGUEL VILLAR

Antonio Rodríguez Cudeiro cuelga su mono de mecánico, tras cincuenta años trabajando en talleres

05 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Se acaba de jubilar tras cinco décadas en talleres. Antonio Rodríguez Cudeiro tiene 64 años y con trece comenzó una profesión que ha convertido en pasión. Es natural de A Peroxa y a los diez años su familia, sus padres y sus tres hermanos, se trasladó a la capital. Eran tiempos complicados y, recuerda, tuvo que acabar EGB en el nocturno para ponerse a trabajar. Había que llevar dinero a casa. «Tenía trece años y empecé en trabajar en un taller de camiones, en la carrocería, porque había que hacerlo. Hoy es impensable, pero eran otros tiempos. Entré sin saber nada da nada. Para mí, que era un adolescente, fue un esfuerzo, pero era para ayudar a la familia», explica. A partir de ahí se multiplicaron las horas y los cursos para aprender la profesión. Con 20 años dio el salto a las motos. Vio una oportunidad de prosperar. Así, comenzó a trabajar y formarse. «Me gustaban y apareció la oportunidad de trabajar en Motos Ucha. Fueron mis mentores», afirma. «Tengo recuerdos buenísimos, me fueron enseñando y a base de practicar y practicar fui aprendiendo», añade. En 1989 dio el salto y montó su propio negocio, Motorense, que solo ha abandonado para jubilarse. Hasta el 2015 el taller estuvo en Marcelo Macías y después se trasladó a la avenida de Portugal, donde ha estado hasta la fecha. Un negocio que ha traspasado.

«Recuerdo que cuando empecé casi no había motos grandes en España. Sin embargo, antes el negocio era más fácil que hoy, porque había mucha ebullición, la economía iba bien y se vendían muchas de importación. Iba dos veces por semana en un furgón a Madrid para traer motos nuevas. Era seguido», dice. Así, el negocio empezó a crecer y crecer llegando a contratar más personal e incluso a un conductor para que hiciera los viajes a la capital de España para traer los vehículos. «Estaba desbordado», afirma.

La elección de Marcelo Macías para instalar el primer taller no fue fortuita: «La licencia, como es una actividad molesta, es especial ya que puede incordiar a los vecinos. Hoy ya no podría estar aquí, pero entonces este tramo de la calle no era como es ahora», explica.

Durante todos estos años, cincuenta, afirma que la mejor publicad ha sido el boca a boca. Ahora echa la vista atrás y señala: ¿Cuántas motos pude arreglar en Ourense? Miles y de todo tipo», señala. No solo eso, igual que en su día hicieron con él, afirma que formó y colaboró con muchas personas ya que, sobre todo al inicio de su carrera profesional, no había mucha gente preparada para arreglar las motos grandes. «¡Imagínate todo lo que aprendí en Motos Ucha durante los 15 años que estuve allí! Así yo también ayudé a mucha gente de toda la provincia. A mí también me tocó seguir aprendiendo durante todo el tiempo que trabajé, porque el mundo de las motos cambia año a año y hay que actualizarse», dice. Y recuerda, por ejemplo, que si en el sector de los automóviles había de todo, él tuvo que fabricar sus propias herramientas para trabajar.

Antonio Rodríguez Cudeiro señala que acertó al elegir su profesión, no se imagina otra cosa. Es más, ya prevé hacer chapucillas de jubilado en motos que tiene para restaurar. Eso sí, también señala que le consumió su vida. «Fueron muchas horas en el taller. Esta profesión no tiene horarios y es la única manera de prosperar. Yo a mis amigos les decía, ‘vosotros a las siete vais a tomar una caña y a mí a lo mejor me toca ir a recoger una moto a Bande o cualquiera otro sitio’. Porque trabajé mucho por toda la provincia» , explica. Ahora quiere descansar. «Empecé con trece años y ya estaba cansado. No físicamente, quizás el estrés diario... De todas maneras, de momento me cuesta hacerme a la idea. Sigo levantándome a la misma hora», afirma. Ya hay clientes que lo echan de menos, porque la de mecánico es una de las profesiones más fieles: «Yo les digo que seguramente encontrarán a otro y más preparado».

«El 90 % de los propietarios tienen este vehículo como si fuera una joya»

Si algo dan los años es experiencia. Por eso Antonio no duda cuando se le pregunta por un consejo para los nuevos mecánicos: «Deben tratar bien la moto. Es un tema muy delicado, porque el 90 % de los propietarios la tienen como una joya. Como ese traje de un día para una ceremonia. Quieren que esté impecable cuando la sacan. No maltratar la moto es fundamental. Es un cliente delicado y hay que tratarlo bien». Además de mecánico, se considera motero. Le gustan las de monte y con ellas, siempre que el trabajo se lo permitía, llegó a rincones a los que de otro modo nunca hubiera ido. Entre ellos, subió los montes de Trevinca. «Disfruté mucho con ellas, pero hay que respetarlas mucho porque tienen su riesgo. La moto hay que vivirla con pasión pero con cabeza. Están para disfrutar del paisaje, de la carretera, pero no para hacer carreras. Para eso están los circuitos», subraya. A Antonio Rodríguez Cudeiro quizás le quede una espina clavada, la de no haber podido dar el testigo del taller a sus hijas. Las dos que tiene han tomado caminos diferentes. Por eso, afirma, se fue contentando con que las cosas le fueran bien, sin pensar en ampliar el negocio con los años.

QUIÉN SOY

DNI. Antonio Rodríguez Cudeiro nació en A Peroxa. Tiene 64 años y acaba de jubilarse, tras 50 trabajando como mecánico.

Rincón: En la avenida Marcelo Macías abrió su primer taller, donde estuvo de 1989 al 2015. Afirma que siempre que pasa por allí tuerce la cabeza para ver su antiguo taller.