Conflicto entre los vecinos de Santa Comba de Bande por la gestión y el uso abusivo del agua

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

BANDE

Agos Iglesias

Una vecina pide a las autoridades competentes que actúen

28 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegó a vivir hace unos meses a una casa familiar en Santa Comba de Bande y se ha encontrado con que es uno de los núcleos de población que cuenta con más agua pero, sin embargo, no puede hacer uso de ella cuando quiera. La gestión de este servicio corresponde a la comunidad de usuarios y vecinos de la parroquia, por concesión de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil durante 20 años, desde el 2016. Se autoriza la captación de 120 metros cúbicos diarios para su posterior uso doméstico. Pero, y según constata la alcaldesa de Bande, Sandra Quintas, no existen contadores en las casas y ni siquiera se sabe si el tanque general tiene medidores de control de entrada y salida. Esto no ha sido un problema para los vecinos durante años, ya que el agua brota de tres importantes manantiales. Pero esta abundancia trajo consecuencias. La primera de ellas, que algunos dejan las mangueras abiertas de sus casas durante toda la noche, vaciando el tanque para regar huertas o llenar otros depósitos de sus casas. Así, fue necesario poner un reloj que cierra el tanque entre las once de la noche y las siete de la mañana, dándose la paradoja de no contar con agua doméstica en el pueblo con los jardines más verdes de la comarca.

Esta situación, y el hecho de que no exista ningún control sobre el consumo de agua, ha llevado a una vecina, María del Carmen Alves, a denunciar la situación ante los organismos que deben velar por el cumplimiento de las normas en materia de uso del agua, que la deben controlar: la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil, Aguas de Galicia y el Concello de Bande. Además, presentará un escrito en Sanidad porque, afirma, no existe un control sobre las aguas. La afectada señala que se trata de cumplir la ley y las normas que exigen a la comunidad tener contadores, que las aguas estén controladas y que su uso sea racional.