«La mayoría de la gente piensa que un producto saludable siempre va a estar soso»

Lucía Rey
LUCÍA REY LUGO / LA VOZ

BANDE

Carlos Castro

El experto intervino en el seminario sobre producción y consumo sostenible de ADE

19 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Un alto porcentaje de los consumidores considera que los alimentos ecológicos tienen menos sabor, menos olor y son menos atractivos a la vista, y que los productos respetuosos con el medio ambiente son «más suaves, menos eficientes» que los convencionales. Por ese motivo es importante que, antes de sacar algo al mercado, las empresas sostenibles analicen si deben publicitar o no que se trata de un producto «verde». Esta es una de las tesis que defendió ayer en Lugo el profesor de Márketing y Consumo Koert Van Ittersum, que da clase en la universidad holandesa de Groningen. Intervino en el primer Workshop internacional en Consumo y Producción Sostenible que organizó la facultad de Administración e Dirección de Empresas del campus lucense, y que coordinó la profesora Belén Bande.

-¿Cómo influye el márketing en la psicología del consumidor?

-Es muy complicado cambiar las opciones de compra de un consumidor. Aunque la empresa esté convencida que está ofreciendo una buena solución, respetuosa con el medio ambiente por ejemplo, si el consumidor está en desacuerdo es difícil modificar sus creencias. Aunque le digas: «Prueba este helado ecológico, que está realmente sabroso», no te va a creer. Algo que se puede hacer es intentar que lo pruebe, pero los estudios demuestran que cuando la gente vuelve a casa, por mucho que le digan que lo orgánico es mejor, siempre va a tener dudas. Es muy difícil cambiar ideas preconcebidas sobre lo ecológico. La mayoría de la gente piensa que lo saludable va a estar soso.

-¿De qué manera afectan esas ideas preconcebidas sobre lo ecológico a las ventas?

-Pueden afectar mucho. Hasta el punto de que las empresas necesitan saber si poner en el envase del producto que es «verde» ayuda a vender o no. Hay empresas que invierten mucho en sostenibilidad para ahorrar costes económicos, medioambientales..., pero optan por no decirlo.

-¿Podría poner algún ejemplo?

-Hay una compañía que fabrica platos de papel que invirtió mucho dinero en reducir un 30% la cantidad de papel usado en cada plato. El resultado fue un plato más fuerte, lo probaron y lo pusieron a la venta. Sin embargo, al ver que era «verde», los consumidores creyeron que el plato era más débil y las ventas cayeron. Más tarde la compañía decidió ponerlo a la venta diciendo que era un plato más fuerte, pero sin decir que era un plato sostenible y funcionó. Decírselo o no al consumidor va a depender de cada producto, y de lo efectivo que sea.