El edil Bernardo Varela acusa a un vecino de Allariz de agredirlo: «Altereime e tiven medo»

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE

ALLARIZ

El acusado negó haber agredido al concejal nacionalista
El acusado negó haber agredido al concejal nacionalista MIGUEL VILLAR

La Fiscalía pide un año y medio de cárcel para un vecino del municipio acusado de agarrar al edil y de retarlo a una pelea

06 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Un incidente fortuito en el que no hubo intención alguna de agredir o una agresión a un cargo público. Entre esas dos hipótesis gira un caso que sentó este miércoles en el banquillo de acusados de la Audiencia Provincial de Ourense a Bernardo D. S. La Fiscalía de Ourense pide para él un año y seis meses de cárcel por un delito de atentado que se habría producido el 30 de agosto del 2021. Ese día el acusado estaba reparando una avería en una vivienda de Allariz cuando se presentó en el lugar el edil Bernardo Varela. «Yo no sabía que era concejal, no lo conocía», argumentó el investigado, que explicó que estaba agachado levantando una arqueta cuando unas vecinas le gritaron y, al ponerse de pie, se agarró a la pechera del edil para no caerse. «No fue algo intencionado», dijo. Versión distinta aportó el concejal nacionalista, teniente de alcalde en el municipio, que dijo que él y el acusado ya se conocían. Cree que el ataque fue intencionado ya que, según explicó, tras sujetarlo por la camiseta el acusado lo retó a que ambos se pegaran en el monte. «Colleume de sorpresa e altereime, tiven medo» aseguró. Un operario que vio el incidente dijo que tuvo que intervenir para que el acusado soltara al denunciante y consideró que lo ocurrido no fue algo accidental.

En el turno de conclusiones la fiscala del caso pidió condena para el investigado por ver acreditado que atacó al cargo público de forma intencionada y recordando que la versión del edil se ha mantenido invariable desde el primer momento, mientras que el acusado dijo por primera vez en la vista que no conocía de nada al perjudicado. La defensa, por su parte, reclamó la libre absolución. Cree que no hay pruebas de que supiera el acusado a quien le estaba agarrando la camiseta y encaja el incidente en algo fortuito. La última palabra la tiene ahora el tribunal.