De humilde capilla a santuario diocesano

Fina Ulloa
fina ulloa OURENSE / LA VOZ

ALLARIZ

El sacerdote Francisco López frente a la entrada de la iglesia que pasa a ser santuario
El sacerdote Francisco López frente a la entrada de la iglesia que pasa a ser santuario MIGUEL VILLAR

La Iglesia de San Benito de Allariz estrena el 21 de marzo su nuevo estatus

13 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Este fin de semana en Allariz comenzó la novena de san Benito Abad, que el día 21 celebrará su fiesta. El santo, al que rinden devoción en varias parroquias de Ourense, tiene un punto de referencia especial en la villa alaricana. En el Campo da Barreira de esta localidad ourensana se asienta un templo que este año tendrá doble motivo de celebración en esa fecha, ya que pasará a convertirse en santuario diocesano. La decisión la rubricó el obispo de Ourense, Leonardo Lemos, el pasado 15 de enero, tras analizar las peticiones que le hicieron llegar tanto fieles de la zona como los sacerdotes integrados en la unidad de atención parroquial (UAP) de Allariz.

La actual iglesia comenzó a levantarse a finales del siglo XVIII (1770) , porque la capilla que existía con anterioridad se había quedado muy pequeña para acoger a los devotos que se acercaban a ese lugar para venerar al santo. Y es que ese seguimiento al fundador de la orden de los benedictinos —a quien se considera iniciador de la vida monástica en occidente y que, además de la Iglesia católica, es considerado santo por la ortodoxa y la luterana— fue realmente madrugadora en las tierras alaricanas. De hecho, el culto documentado a san Benito en este lugar se remonta a tan solo un siglo después de la canonización del religioso fallecido en el año 547. Esa elevación a los altares se produjo en el 1220, siendo Papa Honorio III, y cien años después ya tenía su capilla en Allariz, municipio que aún tardaría en nombrarlo patrón. Ocurrió en el año 1900.

«Realmente esta é das igrexas que máis pronto se dedicaron á devoción a san Benito», explica Adrián Rodríguez Iglesias, que junto a Francisco López Gómez son los dos sacerdotes que tienen encomendada la atención de esta parroquia, una de las trece que tienen a su cargo. Ellos han constatado que el tirón de la figura de san Benito sigue llevando al templo no solo a los mayores, sino a muchos jóvenes. Y no solo en las celebraciones vinculadas especialmente al santo, como la del 21 de marzo. «A igrexa permanece aberta dende as nove da mañá, e tódolos días atopas xente rezando», cuenta el sacerdote.

El nuevo estatus a raíz del nombramiento como santuario no aporta a la iglesia ninguna ventaja en el plano material, pero sí el reconocimiento como lugar de peregrinación en el que se debe prestar atención y acogida a todas esas personas que llegan desde puntos a veces muy distantes. Eso implica otras obligaciones para quienes atienden el culto en la iglesia, como el mantenerla más tiempo abierta y ofrecer servicios religiosos fijos.

Además, los sacerdotes recuerdan que se ha hecho la solicitud a Roma para que quienes peregrinen este año puedan beneficiarse de las indulgencias solicitadas al Vaticano para el perdón de los pecados. Una gracia que esperan recibir para esa fecha, en la que, por cierto, se cumplen también 180 años de la imagen que preside la iglesia alaricana.

El edificio en si, ha logrado mantenerse en bastante buen estado, salvo por un problema de humedades que ha aparecido recientemente y que preocupa a los sacerdotes y a los parroquianos. «Vaise construíndo ao redor, as drenaxes van cambiando; é algo que temos que arranxar e que afortunadamente hoxe, cos avances que hai, pódese solucionar», matiza Adrián Rodríguez.

La iglesia que desde este 2022 pasa a la categoría de santuario de San Benito es una construcción de planta de cruz latina, con un campanario de tres cuerpos —con balcón corrido en el de campanas— y una gran linterna sobre el cimborrio del crucero. La puerta adintelada está flanqueada por dos falsas columnas que sostienen un frontón roto en donde se encuentra la figura de San Benito bajo una hornacina. En el interior, destaca el retablo mayor dedicado a Santiago, una obra renacentista fechada en el siglo XVI.