Un tesoro arqueológico en Allariz

LÚA RODRÍGUEZ, R. N. OURENSE

ALLARIZ

El equipo de Armea ha iniciado una nueva campaña de excavación
El equipo de Armea ha iniciado una nueva campaña de excavación Agostiño Iglesias

Se cumplen diez años del inicio de las excavaciones del yacimiento de Armea

10 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Han pasado ya diez años desde que se iniciaron las excavaciones en el yacimiento arqueológico de Armea, situado en Santa Mariña de Aguas Santas, en el municipio de Allariz. Este martes se retomaron las actividades de explotación de la ciudad romana por parte del personal técnico de la Facultad de Historia del campus de Ourense y operarios del Concello de Allariz, acompañados por treinta estudiantes de diferentes universidades españolas.

A lo largo de estos diez años, se han excavado casi dos mil metros cuadrados y se ha descubierto una zona urbana de una ciudad de la época romana de finales del siglo I. En los años cincuenta ya se hicieron excavaciones en este mismo lugar. Sin embargo, fueron cubiertas intencionadamente y no eran visibles. «Cuando llegamos aquí, había una finca con árboles y no se veía absolutamente nada ni se sabía que debajo había restos arqueológicos», explica Adolfo Fernández, investigador de la Universidad de Vigo.

A día de hoy, el lugar es un reclamo de interés turístico. El entorno se ha musealizado y puesto en valor para que la gente la pueda disfrutar. Hay un circuito para visitarlo con paneles explicativos. El yacimiento está abierto, por lo que se puede recorrer libremente. «Cuando estamos aquí por la mañana, nosotros le explicamos a la gente», aclara Fernández. Además, la cooperativa Xeitura tiene organizadas hasta el mes de septiembre visitas teatralizadas. En su página web se puede hacer la reserva, que consiste en una ruta de tres horas de duración por la zona con un espectáculo teatral acompañando.

La Cibdá de Armea se ha convertido en un referente turístico
La Cibdá de Armea se ha convertido en un referente turístico Agostiño Iglesias

Se calcula que cada año por el yacimiento pasan unas diez mil personas, aunque se cree que son muchas más las que lo eligen para disfrutar del día: «Las únicas visitas que se contabilizan son las que hace la cooperativa, pero es una pequeña parte porque la mayoría lo hacen por libre».

Actualmente, los visitantes pueden ver una zona urbana donde hay casas y calles, un barrio organizado donde vivía y trabajaba la gente. Se pueden observar las diferentes estancias de las casas o el punto de producción. Ahora se está empezando a excavar la tercera casa grande. Por el momento, se conocen la domus del hexascele, la de la roseta y la del triscele. Estas casas deben sus nombres a las piedras con motivos decorativos que se encontraron a lo largo de los años. «Es probablemente la concentración más grande de Galicia», asegura Adolfo Fernández.

Este viernes representantes municipales, encabezados por la alcaldesa de Allariz Cristina Cid, realizaron una visita institucional con el equipo de la Universidad de Vigo, presidido por el rector, Manuel Reigosa, y el jefe de Servicio del Área de Arqueología de la Xunta, Roberto Pena.

El rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, y la alcaldesa de Allariz, Cristina Cid, visitaron el yacimiento
El rector de la Universidad de Vigo, Manuel Reigosa, y la alcaldesa de Allariz, Cristina Cid, visitaron el yacimiento BRAIS LOUREDA

La alcaldesa agradecía la presencia de los protagonistas que llevan participando desde hace una década en las intervenciones arqueológicas: «Son moitos anos de colaboración entre o Concello de Allariz e a Universidade, á que se uniu tamén a Xunta de Galicia a través da Dirección Xeral de Patrimonio Cultural nos dous últimos anos, o cal permitiu que se estea a traballar conxuntamente nun xacemento tan importante como é a Cibdá de Armea».

Cristina Cid recordó también que el proyecto es un buen ejemplo de lo que significa recuperar el pasado para proyectar el futuro, recuperar un legado que fue heredado de los antepasados para asentar sobre él un proyecto integral de desarrollo patrimonial y turístico tan importante para la localidad. Además, aprovechó la ocasión para avanzar que el Concello está trabajando en la tramitación para adquirir nuevos terrenos: «Poco a poco acabaremos siendo propietarios de todas esas hectáreas que conforman Armea».

Roberto Pena mostró su agradecimiento por poder participar en el proyecto. «É importante para o futuro de arqueoloxía porque moitos alumnos poden facer prácticas nun sitio que é bastante interesante», aseguró Pena.

El rector, Manuel Reigosa, no dudó en reconocer los trabajos que realizan los técnicos de la universidad. «O que estamos a albiscar aquí é moi potente e terá un recoñecemento a nivel institucional e científico», añadió.

«Tenemos mucha suerte de tener esta reliquia cerca de nuestra casa»

Desde sus inicios, son muchos los estudiantes que han pasado por la cibdá romana de Armea para formarse en arqueología de campo. «Normalmente, tenemos entre 150 y 200 solicitudes para venir», asegura Adolfo Fernández. Los jóvenes llegan desde muchas universidades españolas, pero Armea también recibe cada verano a estudiantes ingleses, estadounidenses… El año pasado, debido a la pandemia del coronavirus, no hubo tanta demanda por las restricciones y el miedo: «Los estudiantes no querían viajar». Sin embargo, este año se volvió a reactivar todo y hubo casi 300 solicitudes de inscripción. «Solo podemos atender unas pocas porque se necesita mucho dinero para la manutención», explica Fernández. Sobre treinta personas pasarán por el yacimiento a lo largo de estas semanas.

Miguel González recientemente finalizó su primer curso del grado de historia en la Universidad de Valladolid y hace una semana que aterrizó en Armea. Antes ya había pasado por otras excavaciones y asegura que todas son muy parecidas, aunque hace especial hincapié en las dificultades que encuentra en este yacimiento gallego: «Cambia un poco del resto por el lugar donde está. Hay muchísimos árboles que hay que tirar y extraer las raíces».

Miguel no conocía este yacimiento ourensano: «Esto lo descubrí por una profesora de la facultad. Varios compañeros le pedimos que nos mandase excavaciones para el verano porque nos interesaban mucho». De su universidad, solicitaron plaza más de cinco personas, pero solamente cogieron a Miguel y a otro joven con el que compartió aula este curso. Aun así, ambos tienen una buena convivencia con el resto: «Tenemos intereses muy similares».

Amado Tierra, un joven ourensano que estudia Geografía e Historia en Ourense, conocía el yacimiento antes de incorporarse como voluntario, pero nunca lo había visitado: «En la facultad nos lo publicitan mucho». Para él es la primera excavación a la que asiste como personal. «Hay gente que viene de muy lejos y los que estamos al lado tenemos mucha suerte de tener esta reliquia cerca de nuestra casa», asegura Tierra.

En lo que se refiere al trabajo, todos están muy contentos. El joven ourensano Amado Tierra explicó que están ayudando como peones: «En este momento estamos limpiando un perfil y preparando el terreno. Hemos encontrado cerámica y nos encontramos siguiendo las líneas de los muros y retirando todos los derrumbes que había». Para ellos, es una experiencia muy importante e interesante para su futuro. «Es gratificante encontrarte las cosas», aseguró Miguel.

Ambos jóvenes recomiendan asistir a este tipo de proyectos para ampliar su experiencia. «A todo el mundo que le guste, que se apunte», sugiere Miguel.

De las aulas a formar parte del equipo técnico del yacimiento

Algunos de los jóvenes que pasan por las excavaciones durante el verano deciden quedarse de forma fija.

Ese fue el caso de Nerea Rúanova. La joven lleva seis años formando parte de la plantilla. Sin embargo, antes también fue una alumna interesada en las reliquias y excavaciones del yacimiento: «Yo empecé hace seis años como alumna y ahora formo parte del equipo técnico». Nerea, que está realizando un doctorado sobre la cerámica Terra sigillata, vio una gran oportunidad en poder ser parte de la plantilla para seguir formándose: «Me quedé, sobre todo, por el ambiente».

Raúl Méndez también llegó en el 2016 como estudiante voluntario desde la Universidad de Jaén: «Me llamó la atención porque es interesante la preocupación que tienen por que todo el estudiantado aprenda». Después volvieron a llamarlo como voluntario y, actualmente, forma parte del equipo técnico.

Además de sus labores como arqueólogos, también ayudan a los estudiantes que llegan cada verano a las excavaciones para formarse en la parte práctica. «Ahora todo lo que me enseñaron a mí cuando venía de prácticas procuro enseñárselo a los nuevos para que puedan aprender toda la metodología», explica Raúl. Nerea cree que es fundamental darle una oportunidad a los más jóvenes: «Creo que es necesario que vengan al campo para poder aprender». Asimismo, resalta la importancia de que los estudiantes busquen un buen sitio donde los formen.