Allariz, bajo la intimidad del erotismo

sara p. peral

ALLARIZ

Agostiño Iglesias

Recta final de una nueva entrega del Festival de Xardíns, a las orillas del río Arnoia

14 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La villa alaricana celebra una nueva edición, la novena, del Festival Internacional de Xardíns de Allariz a orillas del río Arnoia. Un año más la jardinería y los paisajes se unen con los diferentes estilos que cada uno de los participantes adopta para representar un mismo tema. Allariz vuelve a convertirse, gracias a ello, en un lugar de referencia en la zona que atrae la atención de muchos turistas y residentes de la provincia, que se acercan al paseo del Portovello. La esencia principal que debe caracterizar a los diseños de los jardines de esta edición es el erotismo. Se trata de que a través del trabajo de los autores y de determinados materiales y rincones puedan transmitir al espectador la sensación del deseo al aire libre. Lo prohibido, lo escondido y lo íntimo son los principales temas de los proyectos expuestos.

El certamen presenta once propuestas nuevas, pues la número doce corresponde al proyecto ganador de la edición pasada «La memoria olvidada». Todas y cada una de ellas cuentan con diferentes elementos pero transmiten la misma sensación de intimidad. Y aunque los jardines son lugares abiertos, siempre se llega a encontrar en los diseños un lugar en el que refugiarse. Los diseñadores presentes en el festival vienen de diferentes partes del mundo: Péru, Brasil, Japón, Noruega y también de España. La valoración final está en manos de los visitantes, que tras observar todos los jardines tendrán que dar su veredicto y elegir tan solo a uno.

Las propuestas del año que viene tendrán que responder a otro tema distinto: jardines con vistas. Las inscripciones estarán abiertas hasta el 30 de noviembre y toda la información que se necesite está en su web: allariz.gal/festival.

Persiguiendo la mirada. Una de las principales inspiraciones en el proyecto «Chasing the look» para el equipo madrileño fue el baile, donde con un juego de movimientos puedes llegar a descubrir a una persona. Los espejos están colocados de forma estratégica para poder observar los exteriores del jardín y a los propios cuerpos.

El jardín prohibido. Las autoras de este diseño, de origen portugués, describen a su jardín como algo que no está autorizado o permitido. La manzana, símbolo del pecado de Adán y Eva, representa la idea de que todo lo prohibido es lo más deseado. En este jardín se respiran una amplia gama de emociones en las que «la nada y el todo conflúen», según sus autoras.

En la búsqueda de lo íntimo. El diseño de autores gallegos representa un lugar donde el camino del erotismo busca su su espacio de introspección sugerente. El tema principal aparece como un viaje en la búsqueda del placer y la sensibilidad, que se expresa a través de la geometría de las cintas. Bajo ellas las flores que llenarán el espacio en los próximos meses.

Despegue rumbo al cielo. En el jardín del equipo japonés el objetivo principal es llevar al espectador al cielo. Cuenta la historia de que hay muchas formas de gozar el erotismo, pero todos quieren llegar al cielo al fin y al cabo. Lo que hay que hacer es despegar, como un pájaro, y para ello hay que quitarse la ropa, algo fundamental para entrar en el jardín.

En la búsqueda de lo íntimo. El diseño de autores gallegos representa un lugar donde el camino del erotismo busca su su espacio de introspección sugerente. El tema principal aparece como un viaje en la búsqueda del placer y la sensibilidad, que se expresa a través de la geometría de las cintas. Bajo ellas las flores que llenarán el espacio en los próximos meses.

El libro de la rosa. El equipo de Granada ofrece al espectador varios elementos de forma directa de modo que activan todos sus sentidos. El jardín cuenta la historia de un juego de alegorías y de metáforas que se desenvuelven en él con el objetivo de entretener y enseñar a otros el arte de amar. El elemento central del jardín es una rosa con un espejo.