El juez censura la imprudencia de una mujer embestida por un boi en Allariz

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

ALLARIZ

MIGUEL VILLAR

Reduce a 4.000 euros la indemnización de 29.000 euros que pedía la demandante

26 dic 2017 . Actualizado a las 20:06 h.

Reparte culpas el juez a la hora de fijar responsabilidades por el accidente que una mujer sufrió en Allariz el 6 de junio del 2015, fecha en la que se celebraba la Festa do Boi. El Concello tiene su parte de responsabilidad, dice una sentencia del juzgado de lo contencioso número 1 de Ourense, pero también la víctima, «en su mayor parte (...) al haber asumido un riesgo y actuado imprudentemente». Deja claro Francisco de Cominges en su resolución que la cuota de responsabilidad es menor por parte de la administración local, razón por la que deja en 4.000 euros la indemnización que la perjudicada elevaba en su petición a casi 30.000 euros. Las costas del pleito las pagará también el Concello.

Que la mujer fue embestida por el animal, le dio un buen revolcón y la lanzó al aire, para acabar estrellada contra el suelo, con fracturas en un pie y un teléfono roto, no es objeto de discusión. Es una realidad que aparece documentada en una grabación aportada a la demanda. La perjudicada decía que se había encontrado de improviso con el toro, sin margen para escapar o evitarlo. Es tan indiscutible el accidente como que los visitantes saben en qué consiste la fiesta.

El juez hace notar que se habían lanzado bombas pirotécnicas para anunciar la salida de la bestia. Narra cómo los viandantes empezaron a correr en la misma dirección del animal, antecediéndolo, igual que hizo la demandante. Iba, de todos modos, distraída y hablando por el teléfono móvil, no se apartó cuando el animal llegó a su lado y fue por ello cogida por el astado.

Calle estrecha

La culpa principal, pues, es de ella. No sale indemne, de todas formas, el Concello de Allariz, último responsable de las condiciones de seguridad de la fiesta. No iba el boi suficientemente sujeto y controlado en un lugar especialmente peligroso, cual es el del inicio de la carrera, donde mucha gente acaba en una calle estrecha, a modo de embudo, como dice la sentencia. «Los pastores del buey debían llevarlo más sujeto en ese momento inicial de la carrera, hasta que se hubiese despejado un poco su trayectoria», según considera el juez.

La carrera do boi de Allariz comparte muchos elementos con los encierros de los sanfermines, dice la sentencia, «pero sin la mayor parte de las medidas de seguridad que se adoptan en ellos para evitar en lo posible que personas imprudentes o no avezadas se interpongan en el recorrido del animal».

El juez también condena al Concello de Allariz a pagar las costas, al considerar que incurrió en dejación de funciones por incumplir la obligación de resolver expresamente la reclamación indemnizatoria en la vía administrativa, lo cual obligó a la recurrente a promover este proceso judicial. Con todo, lo limita de manera expresa a 700 euros, conforme al criterio de la mayoría de los juzgados de lo contencioso-administrativo de Galicia.

La demandante pretendía algo más de 29.000 euros. Incluía los días que estuvo de baja, 122 euros por la rotura del teléfono y también indicaba que a causa de la baja había perdido el puesto de trabajo temporal que entonces tenía en una óptica.

Más caro el suceso del 2008

Esta sentencia sobre el incidente en la festa do boi del 2015 llega pocos meses después de que el Tribunal Superior de Galicia haya dictado otra que supondrá para el Concello de Allariz un pago de 160.000 euros para indemnizar a una mujer que sufrió un accidente cuando se encontraba como espectadora en la celebración del año 2008. Se había venido abajo un muro y una estructura metálica de propiedad municipal. La víctima sufrió lesiones por las que estuvo hospitalizada. Reclamaba cerca de 300.000 euros, el juez dejó la cantidad en 80.000 euros, al entender que existía responsabilidad de la administración.

Recurrida la sentencia al TSXG, la sala ha elevado la indemnización a 160.000 euros. El Concello de Allariz ha encajado la sentencia, con disculpas a la perjudicada y una petición para pagar la deuda en dos años.