La anciana desaparecida en Trives caminó más de cuatro kilómetros

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez A POBRA DE TRIVES

A POBRA DE TRIVES

MIGUEL VILLAR

El cuerpo de Raquel Pérez, de 82 años, se encontró tras nueve días de búsqueda

04 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

A Raquel Pérez Carballo, la octogenaria desaparecida el jueves 25 de agosto por la mañana en Pobra de Trives, se la había visto por última vez al mediodía de ese mismo día cerca del cruce de la localidad de Castrelo. Llevaba un año viviendo en la residencia geriátrica de Trives, adonde se había trasladado desde su domicilio en Vimieiro, en Castro Caldelas. Aquejada de alzhéimer, salió esa mañana de la residencia aprovechando que encontró la puerta abierta y empezó a caminar y caminar. Por lo que le preguntó a una vecina, parece que buscaba la casa de un primo. Y se metió por un sendero que lleva a la perrera del pueblo, a unos cuatro kilómetros de su residencia.

Desde que se notó su falta -el personal del geriátrico lo advirtió esa mañana- se la buscó intensamente. Al segundo día de su desaparición, la Guardia Civil la buscó desde el aire con su helicóptero y con perros adiestrados. El instituto armado, el ejército y una veintena de voluntarios de Protección Civil, de A Pobra de Trives y de Manzaneda, lo hicieron cada día.

Para ayer sábado se había organizado una gran batida, contando con 22 voluntarios de las agrupaciones de Protección Civil, seis patrullas de la Guardia Civil con sus mandos, el equipo de montaña con base en Trives y de nuevo el servicio aéreo y cinológico. A ello se sumaron unas decenas de vecinos hasta totalizar las alrededor de ochenta personas que ayer se afanaron en buscar a Raquel Pérez desde primera hora de la mañana. Estaban divididos en grupos de cuatro o cinco personas, guiados por un guardia civil, para rastrear toda la zona de Castrelo y Pereiro. Poco después de las diez de la mañana, uno de los grupos formado por cuatro cazadores, que se había adentrado en una zona de difícil acceso, encontró el cuerpo sin vida de Raquel Pérez, con la cabeza en el arroyo Fiscaíño.

Por el sendero que conduce al lugar donde apareció se había estado buscando ya y así lo recordaban las cintas plásticas dejadas por los miembros de la UME, que también buscaron pero sin meterse en lo profundo del monte, en esas zonas que pocos, salvo los cazadores, conocen bien.

El hallazgo del cuerpo sin vida puso fin al operativo de búsqueda. En la explanada del camino del matadero en la que se habían dado cita los participantes en la batida se encontraban también los únicos familiares de Raquel, una mujer que había tenido tres hijos, ya fallecidos y que solo tenía primos, como Víctor Manuel Pérez, quien asumía la noticia con tristeza. «Esperábamos esto», afirmaba, aunque se lamentaba de que en la residencia hubieran dejado las puertas abiertas permitiendo que saliera la anciana y se desorientara. Según otras fuentes, la mujer salió aprovechando un descuido mientras atendían a otra residente que iba a ser trasladada en ambulancia. En todo caso, Pérez quiso lanzar un mensaje de agradecimiento a todos los que ayudaron en la búsqueda. Agradeció la «atención prestada» y el esfuerzo realizado en particular por los miembros de Protección Civil y la Guardia Civil. «Máis non podían facer», concluyó.

Al menos pudieron recuperar los restos de su familiar, algo que aún no se logró con otros ancianos desaparecidos en la provincia de Ourense en los últimos años, Gumersinda Raña, en Avión, Matilde González, en Parada de Sil y Antonio Chantrero, en Allariz.