La alcaldesa de A Bola niega vertidos fecales en la finca de un particular: «Nuestra intención no es contaminar»

Marta Vázquez Fernández
Marta Vázquez OURENSE / LA VOZ

A BOLA

El denunciante dice que acudió al Concello antes que a la justicia: «Me dijeron que la contaminación no era para tanto, que era como tener unos cerditos cerca»

20 oct 2022 . Actualizado a las 13:32 h.

Teresa Barge, alcaldesa de A Bola por el Partido Popular, negó este miércoles en la sala de vistas de la Audiencia Provincial haber consentido que se vertieran durante años aguas fecales a la finca de un particular, procedentes de una fosa séptica sin autorización. La regidora, para la que se pide un año y medio de prisión e inhabilitación por delito ambiental, sostuvo que cuando un particular le informó de que en su propiedad había una fosa séptica que esta vertiendo residuos humanos tomó medidas. «No es nuestra intención contaminar», explicó en la sala de vistas, accediendo a contestar solo a las preguntas de su abogado. Dijo, además, que no se enteró de que la Confederación Hidrográfica había sancionado al Concello, ya que la técnica que recibió a notificación no la informó de ese incidente. Este extremo lo confirmó esa empleada municipal, que también fue citada a la vista.

Muy distinta fue la declaración del denunciante, el dueño del suelo afectado por el vertido. «Hablé con la alcaldesa pero no me hizo caso; luego lo intenté por escrito y como no hacían nada tuve que denunciar», explicó el particular. Relató que había comprado esa finca y otras colindantes para montar una explotación, si bien tuvo que renunciar al proyecto. «Me dijeron que la contaminación no era para tanto, que era como tener unos cerditos cerca», dijo el particular.

Agentes del Seprona confirmaron que el agua de la fosa desprendía mal olor y que el análisis confirmó su origen fecal. «Ha habido una notoria dejación de funciones de la alcaldesa», dijo la fiscala, advirtiendo que Barge hizo «caso omiso al denunciado, al Seprona y a la Confederación Hidrográfica». La defensa, por su parte, no ve probados los daños y pidió la absolución. «Al Concello se le pusieron sanciones leves, no se puede entender por tanto que los daños al medio ambiente fueran graves», argumentó el letrado. 

La fosa séptica se había construido en el año 1991 y a ella vertían las aguas residuales de siete viviendas particulares, un centro de salud que, según la alcaldesa, tenía poca actividad poque solo había consultas dos días a la semana, y la residencia de ancianos. Quedó constancia durante la vista de que la instalación no tenía autorización de la Confederación Hidrográfica Miño Sil, por lo que se atribuye a la alcaldesa una dejación de sus funciones, al no promover esa legalización ni tampoco tomar medidas para que las aguas fueran tratadas.

Como consencuencia de los vertidos se incoaron al Concello de A Bola varios expedientes sancionadores de la hidográfica, así como varias denuncias del Seprona. Se le impusieron al consistorio dos multas, la primera en febrero del 2019 y la segunda en octubre del 2020. Los expertos que analizaron las aguas confirmaron que había presencia de bacterias como la escherichia coli, indicadora de contaminación fecal, aunque otras pruebas periciales señalaron que no se habían constatado daños al medio ambiente.

«Si estamos aquí es por culpa de la alcaldesa», dijo el letrado de la acusación particular, que considera probado que los vertidos, que actualmente ya se han cortado, provocaron que a la finca de su cliente llegaran «millones de litros de aguas fecales». Pide, por ello, una compensación económica, además de dieciocho meses de cárcel, la misma pena que reclama la Fiscalía.