Vallejo y Jácome confían en salir ya de su confinamiento en un balneario

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

A ARNOIA

federación

Los pontevedreses viajaron horas antes del decreto de estado de alarma a Laias con el equipo nacional de canoa

24 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez días atrás, Sergio Vallejo y Antía Jácome decidieron continuar con los planes del cuerpo técnico del equipo nacional de canoa, con sede en el Centro de Alto Rendimiento de La Cartuja, en Sevillla. Tras partir a primera hora de la mañana de la capital andaluza, ocho palistas y dos entrenadores llegaban a las cinco de la tarde del sábado 14 al Hotel Balneario Laias Caldaria en la provincia de Ourense con intención de concentrarse allí hasta el selectivo nacional para el Preolímpico del 22 y 23 de abril, antes de la decisión de la Real Federación Española de Piragüismo de su suspensión, como la de todas sus competiciones durante el mes de abril, y de que su homóloga mundial anulase los procesos preolímpicos de asignación del 15 % de plazas aún vacantes para la cita de Tokio.

Lejos de poder ultimar su puesta a punto en el Centro de Entrenamientos de Remo y Piragüismo de Laias, Arnoia y Castrelo de Miño, unas instalaciones que emplean deportistas de selecciones internacionales como la de remo de Bielorrusia, en trámites de abandonarla por el confinamiento en España, los dos canoístas gallegos y sus compañeros de equipo nacional se toparon a primera hora de la noche de su primer día de estancia en Laias con el anuncio del decreto de alarma. Desde entonces permanecen confinados en el balneario, confiando en poder partir hacia sus casas familiares entre hoy y mañana.

A pesar del progresivo agravamiento de la situación en el país por la expansión del coronavirus, Sergio Vallejo explica que «nós viaxamos que noutros países se lles deixaba aos deportistas de elite seguir adestrándose» pese a haber tomado también medidas de restricción de la circulación para la mayoría de la población, y «nese momento os Xogos Olímpicos seguían adiante». Por ello, apunta, no podían permitirse parar mientras fuese posible seguir entrenándose bajo los parámetros que exige una preparación olímpica.

Trabajo en precario

El hecho real es que desde el lunes 16 -el domingo era su día de descanso- los ocho canoístas deben compartir un único remoergómetro y unas pesas.

Sergio Vallejo explica que, al ser un complejo deportivo, cuenta con una doctora «que nos mirou ao principio que non tiveramos síntomas, e está pendente de vixiar que seguimos así». En esta línea, los integrantes del equipo nacional de canoa aplican todas las recomendaciones dadas para prevenir el contagio del coronavirus, desde desinfectar todo el material que comparten, hasta mantener la distancia de seguridad entre ellos en todo momento, conviviendo en habitaciones dobles.

Adrián Sieiro se evitó el trance

Sobre su estado de ánimo, el palista de Poio declara que «somos bastantes, e levámolo ben». A lo que ayuda el hecho de ver ya el final del túnel. Así, los canoístas fueron informados de que entre hoy y mañana podrán salir hacia sus casas familiares, antes de que el balneario cierre este viernes sus puertas cumpliendo otra de las medidas del estado de alarma, la clausura de cualquier establecimiento hotelero. Para ello, explica Sergio, la Federación Española les expedirá un documento por si las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado los paran de camino. En su caso el más corto, con compañeros que partirán hacia Sevilla, Murcia o Valladolid.

El que se ha ahorrado el trance es la pareja internacional de C2 1.000 de Vallejo, Adrián Sieiro. El viernes 13, viendo el agravamiento del avance de la pandemia, le dijo a su entrenador en el equipo nacional en Sevilla que se marchaba a su casa de Pontevedra, sin aguardar siquiera a la sesión de trabajo vespertina de ese día.