Uxía Barrio abrió su propio estudio en el casco histórico de la ciudad, donde atiende a particulares y ofrece formación
10 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Uxía Barrio fue primero maquilladora de sus amigas, de manera espontánea y orgánica. En lo profesional, eligió en un principio formarse en Fotografía y Estética Integral hasta que se dio cuenta de que lo suyo era estar entre brochas y que podía ser una salida laboral. Tras estudiar en la Workshop Experience, en Madrid, trabajar para agencias y compartir un estudio, acaba de abrir su propio local en el número 3 de la Rúa Liberdade. Ahí ofrece un espacio como el que crea cuando maquilla a sus amigas: en confianza, para divertirse y autocuidarse.
La ourensana maquilla y enseña a hacerlo. Desde mayo empieza la temporada alta de novias, con las que llega a trabajar unos siete u ocho meses para adaptarse exactamente a lo que quieren. «Me preocupo mucho de cómo van a ir vestidas, de lo que les gusta, conocerlas con calma... y así poder hacer la prueba lo mejor posible», explica. Ese momento de decisión puede durar varias horas. Después, en el día de la boda también las acompaña y solo hay que ejecutarlo. También maquilla a las invitadas o para cualquier otro evento.
Complementa esta faceta con las clases que imparte en su propio estudio. Cuenta con dos modalidades: un curso anual o citas personalizadas de automaquillaje. En el primer caso, es un día a la semana en el que durante dos horas toca diferentes aspectos. Enseña desde problemas de piel o cuidado facial a técnicas de ojos o maquillajes artísticos. Se adapta a los diferentes momentos del año, como en Hallowen, cuando aprenden técnicas con sangre o heridas, o en entroido, con un toque más creativo. En las clases personales, Uxía pasa dos horas con el cliente y se adapta a lo que quiera aprender: iniciación, herramientas, técnicas... Acuden personas que no saben cómo maquillarse y también aquellas que quieren perfeccionamiento. Puede ser de técnicas tan concretas como hacerse un buen «eyeliner». «Siempre me gustó explicar lo que sé, con clases no tan estructuradas sino prácticas; es un tema del que puedo estar hablando todo el día», confiesa. La maquilladora destaca que la ventaja de acudir al estudio es que los participantes pueden utilizar todo su material. «En casa siempre te falta algo», apunta. No se trata de una formación profesional, sino una manera de acercarse a lo que no deja de ser una expresión artística más. El local de Uxía está pensado y cuidado: «El mundo va muy rápido, la idea es que sea un espacio de tranquilidad». Se apuntan personas desde los 14 años hasta los 40 que se dedican unas horas a aprender y «autocuidarse».