La UD Ourense fue contundente en Vilalonga y ya es segunda en la clasificación (1-3)

La UD Ourense está acelerando hasta llegar a la velocidad de crucero y su triunfo en Vilalonga fue convincente, a la vez que oportuno al coincidir en una jornada en la que se vio favorecido por los resultados, acercándose a solo dos puntos del líder Estradense y situándose en una segunda posición que relanza la reacción de los hombres de Borja Fernández en las últimas jornadas, con la guinda en el Novo San Pedro: 1-3.

Y eso que Álex Cobo se tuvo que mover bien bajo palos para frenar la primera contra de los anfitriones, que sirvió en todo caso para encender las luces de alerta de los ourensanistas. Con todo, la iniciativa era de los forasteros y, en ese caldo de cultivo, surgió la genialidad que casi cada semana se marca Migui. Esta vez progresando por el perfil izquierdo hasta cerrar un centro chut que se coló en la portería de Rodri, si bien el colegiado se lo concedió a Osian, que se lanzó para remacharlo.

El gol hizo volar a un Ourense que rondaba otra vez el gol por medio de Antón Guisande, que se había convertido en una pesadilla al espacio, gracias a su movilidad y a las permutas con Luismi. Los forasteros llegaban con soltura a los últimos metros, sobre todo desde las bandas y además no pasaban por apuros para salvaguardar la meta de Cobo. De todos modos, se plantaron en la pausa con la mínima ventaja y esa incertidumbre lógica en el marcador.

No cambió mucho la dinámica del enfrentamiento en su segundo capítulo y los ourensanistas buscaban un gol que no tardó en llegar. Esta vez fue Antón Guisande el que entró con su explosividad habitual en el área y se deshizo del portero con una finta magistral, para anotar.

El partido parecía encarrilado, pero al entrar en la última media hora aprovecharon los de casa un libre directo al borde del área para apretar el marcador y animar a una parroquia local que veía escaparse los puntos. Fue el momento de acelerar la entrada de la segunda unidad y los de O Couto tenían pólvora en el banquillo, con distintos perfiles, desde el del joven Raúl Gallego, al del cazagoles Gastón Cellerino. Ambos participaron en el gol que mataba el partido, apoyándose en el imparable Antón y terminando con un testarazo marca de la casa del experimentado ariete argentino.

Solo faltaba gestionar la doble ventaja hasta el final e incluso pudieron ampliarla, pero el árbitro anuló por fuera de juego la diana que había firmado un recién incorporado Álex Fernández.

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