El plantel de Moncho López divierte y domina todas las facetas del juego
28 sep 2024 . Actualizado a las 22:47 h.Así, sí. El Club Ourense Baloncesto contagió a su masa social con un juego alegre, fluido y no exento de detalles de calidad. Quizás el Cartagena está por debajo de los visitantes que llegarán más adelante al Pazo, pero el edificio que está construyendo Moncho López tiene visos de divertir a los espectadores y de ser ambicioso desde el minuto 1. De momento, la primera victoria está en el saco y con notoria holgura: 101-73.
Y eso que el enfrentamiento comenzó raro, con los murcianos, fallando sus primeros tiros y aprovechándose de que los anfitriones no cerraban bien el rebote. Jordan Rogers la enchufó al tercer intento, pero fue solo un espejismo. Aanen Moody tardó poco más de un minuto en anotar en su estreno en la segunda categoría española, apuntando a que puede ser un referente para los cobistas en ese sentido, si bien como había vaticinado el de Narón, encestaron de modo coral para labrar sus primeras ventajas. La segunda falta de Samu Rodríguez solo fue un pequeño contratiempo. Un triple de Javi López dibujó en el electrónico el 17-10 y, pese a fallar varios lanzamientos liberados, el citado Moody clausuró el cuarto con dos tiros libres y el 21-12.
La segunda entrega mostró a un COB decidido a seguir creciendo y Mendikote hundió el balón en la canasta del 29-14, levantando al público y reivindicando su eficaz relevo. Después de varios minutos por encima de la decena de puntos de ventaja, un triple de Asier González recortó al 31-22. Aún así, los pupilos de Jordi Juste no podían con los locales, que seguían dominando por dentro y sacaban partido de su presión para recuperar y anotar con facilidad. Al minuto previo al descanso entramos con otro acierto lejano de Rafa Lisboa, que se dejó para el final del cuarto una bomba con marchamo de jugón. 46-26 y alegría en las gradas, antes de visitar el bar.
Los rechaces caían del lado ourensano (23-13) y los misiles de Lisboa maquillaron el balance desde detrás de los 6,75 metros, dejándolo en 4 de 12 al intermedio. El tercer episodio se veía de entrada más deslavazado. Las primeras intentonas del Cartagena de reducir distancias las sofocó Brito con un triple. El luso y Moody generaban puntos, como un inteligente Krikke, que se movía bien en la pintura, anotaba o doblaba pase, según fuera menester. Hasta el arousano Martín Fernández se unía a una fiesta que dejó el partido sentenciado con un 70-45, antes en enfocar los diez últimos minutos.
El duelo se convirtió en un desenlace de pimpampum, que lanzó Ignacio Rosa que añadía lustre a sus números y a su peso específico en el equipo. El boquete llegó a los 37 puntos, con los cobistas gustándose y con Moncho López demostrando que es un fiel creyente en el trabajo de la cantera local, al terminar con tres gallegos en pista —el citado Martín, Paz y el júnior Lagares—, la guinda de un pastel que van a querer probar todos los amantes del baloncesto ourensano.
COB (101): Lisboa (16), Moody (16), Brito (9), Rodríguez (5), Krikke (12) —quinteto inicial—, Mendikote (10), López (3), Rosa (14), Fernández (10), Paz (2), Gill (4), Lagares (0).
CARTAGENA (73): Martín (3), Blat (11), Hermanson (3), Rogers (7), Van Eyck (0) —quinteto inicial—, González (11), Garuba (0), Cabrera (0), Gil (8), Jordá (14), Ugochukwu (5), Smallwood (11).
PARCIALES POR CUARTOS: 21-12, 25-14, 24-19 y 31-28.
ÁRBITROS: Quintas Álvarez, Carpallo Miguélez y Gómez Hernández. Sin grandes complicaciones.