Las altas temperaturas dejan desiertas las calles del centro de la ciudad
10 ago 2024 . Actualizado a las 17:14 h.Alerta de Nivel 1 en el noroeste de la provincia de Ourense y en la montaña -de O Bolo y Carballeda de Valdeorras a Xunqueira de Espadanedo- y alerta de Nivel 2 en el Miño de Ourense y Valdeorras. En total sesenta municipios afectados por el que se presume será el día más caluroso del año. Agosto y ola de calor son la tormenta perfecta para convertir a la ciudad en un escenario digno de las viejas películas de vaqueros: ni un alma por las calles en la franja horaria que va de última hora de la mañana a la media tarde.
El mercurio subía hasta los 40 grados en el parque de San Lázaro antes de las dos y media de la tarde. Y una hora después el panorama de la ciudad se convertía en una imagen desoladora, con las piedras de la calle del Paseo reverberando el calor sofocante, las terrazas vacías. Las escasas personas que se atrevían a andar por el centro de la ciudad resguardándose a la sombra y aspirando las bocanadas que el aire acondicionado de las tiendas de ropa y droguerías dejaban escapar hacia el exterior. El calor extremo no es bueno ni para las heladerías: en el Paseo reconocían que las altas temperaturas hacen mermar la clientela, fijando las horas de la noche como las de mayor afluencia de clientes en estos días. En la Praza Maior la tónica cumplía el mismo patrón; un par de mesas ocupadas entre los clientes de una heladería y un trío de franceses que se decidieron a comer bajo los soportales de la misma.
Y el panorama no variaba en el espacio que se convierte en referencia inexcusable para los turistas que se acercan a Ourense. En las calles de los vinos ganaban por amplia mayoría las mesas de las terrazas vacías a aquellas que albergaban a los comensales. Eso sí, los clásicos siempre son un lugar de referencia. Camino de Vigo, y tras hacer un recorrido de pinchos, César y Eduardo preguntaban por el Orellas. El calor, una anécdota para ellos: «Venimos de Logroño, y poco más o menos es lo mismo», señalaba el segundo.
En el centro de la ciudad espacios como la plaza de Paz Nóvoa, con solo un local abierto, o las terrazas del parque de San Lázaro, con una mesa ocupada, distaban mucho de su imagen habitual en las tórridas horas de más calor en la ciudad.
La oposición municipal, en este caso desde las filas populares, se denunciaba este sábado la falta de medidas para combatir las olas de calor que se están padeciendo este verano. Habilitar los centros cívicos como refugio climático para los vecinos, emplear elementos textiles para crear zonas de sombra o mejorar los abandonados paseos fluviales -la presencia de personas junto al Miño también se resintió en la jornada- son propuestas contra lo que consideran el «pasotismo» del gobierno de Jácome en este apartado. Un alcalde que desafiaba las altas temperaturas en uno de los horarios donde más se dejaba sentir el calor: a las tres y media de la tarde aparcaba en Concordia para charlar con dos personas en la esquina entre esta calle y el Paseo.