Los camioneros peruanos en Ourense viven la Navidad con incertidumbre

Cándida Andaluz Corujo
C. Andaluz OURENSE

OURENSE

Franklin Arquínigo
Franklin Arquínigo Santi M. Amil

A miles de kilómetros de su casa, están a la espera de que se regularice su situación para poder empezar a trabajar tras obtener el carné profesional

25 dic 2023 . Actualizado a las 08:19 h.

La próxima semana se cumplirán tres meses de la llegada de veinte camioneros peruanos a Baños de Molgas para recibir formación teórica y práctica para poder conducir en Europa y cubrir la demanda existente en el sector del transporte. Se acaba así el plazo que tenían pactado para poner sus vidas en orden y poder traer a sus familias a Europa. A pocas jornadas de que se cumpla este tiempo, los veinte camioneros esperan con incertidumbre el resultado de su esfuerzo —económico y familiar— ya que, aunque han aprobado el examen para conseguir el certificado de aptitud profesional (CAP), indispensable para trabajar en territorio de la Unión Europea, todavía no han conseguido los papeles que les permitirán trabajar. De esta parte se encarga la empresa de logística y transporte Nukloo, que fue la que a través de Tempodriver, una firma creada en Perú, se puso en contacto con ellos. Esta situación de incertidumbre, unida a los tres meses que llevan lejos de sus casas, han convertido esta Navidad en una de las mas melancólicas, afirman, de su vida.

Franklin Arquínigo se ha convertido, sin quererlo, en la cara visible de los peruanos en Ourense. «Llegamos el 27 de septiembre y el primer mes y medio nos centramos en estudiar. El curso duró unos 35 días. Tras acabar las clases nos preparamos de forma individual y nos ayudamos unos a los otros» explica. Aprobaron todos menos uno, que en breve podrá volver a presentarse. Desde entonces, su vida es una espera. «Hay demoras que no entendemos. Pensamos que todo se podría haber legalizado antes porque la espera es mucha. Venimos costeando todos los gastos y tenemos familias detrás de nosotros que nos esperan. El carné nos lo entregan la semana que viene y queremos empezar a trabajar, pero no es así», explica. Actualmente están en España con un visado de estudiante y necesitan uno de trabajo para que las empresas los contraten. Nukloo se encarga de esa parte.

«Venimos con cinco mil euros en el bolsillo para formarnos y conseguir un empleo... Ahora con la demora los ánimos se viene abajo, desconfías, vives en la incertidumbre y no puedes decir nada a tu familia, que está intranquila», explica. Franklin señala que ya hay empresas interesados en ellos, pero deben seguir esperando. «Nosotros pagamos por 90 días el alojamiento y la comida y si se alarga pues tendremos que pagar más, hasta que consigamos los papeles», añade.

Diego Carbajosa, propietario de la empresa Nukloo explica que se esta semana se han presentado en Extranjería los papeles de once de ellos que ya tiene contrato. El resto, dice, están teniendo entrevistas con empresarios que querían esperar a

 que aprobaran el CAP, y se presentarán la semana que viene. «Se estima que en dos semanas tengamos la resolución como máximo y pasen su visa de estudios actual a la de trabajo», añade. Subraya que dependen de Extranjería y que ellos mismos, la empresa, también espera que la situación se normalice los antes posible.

Es más, anuncia que el mes que viene viajarán hasta Baños de Molgas veinte conductores peruanos más para formarse.

«En lo que llevamos de año 2023, hemos traído a Galicia más de cien conductores de Perú que ya están trabajando y viviendo en zonas como Abadín, Arteixo, Laracha, Lalín, Sigueiro, Allariz o Pontevedra. Para el próximo año esperamos que doscientos conductores lleguen a Galicia, sumando alguna zona nueva más», explica.

Mientras esperan los conductores peruanos en Ourense buscan cómo pasar el tiempo. «Estamos condicionados a completar los trámites de los documentos para poder a trabajar, sin no las empresas no quieren contratar. Ahora solo esperamos y eso es un poco desesperante, sobre todo porque no tenemos fechas concretas», afirma Frankin sobre el sentimiento de sus compatriotas.

A estas circunstancias se suma la Navidad. «Estamos acá y nos quedaremos hasta que salgan bien las cosas. Trato que mi familia y mis compañeros estén bien, ya que para algunos es la primera vez que salen lejos de casa. Lo ideal hubiera sido poder reunirse con nuestras familias en estas fechas, todos les damos varias vueltas a eso. Esta Navidad para nosotros es más melancólica de lo normal. Estamos muy lejos de casa y con una situación incierta. No es un buen complemento».