Convierten el gallinero y la palleira de sus abuelos en dos apartamentos turísticos en la Ribeira Sacra

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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Pablo y Bruno Magide, en la casa rural que han reformado en Caxide
Pablo y Bruno Magide, en la casa rural que han reformado en Caxide Santi M. Amil

Los hermanos Pablo y Bruno Magide invirtieron cerca de 200.000 euros para rehabilitar una antigua construcción familiar en una casa rural

06 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo y Bruno Magide son hermanos, de 34 y 47 años respectivamente. Son de Parada de Sil y de hecho viven allí todavía. «Yo soy administrativo en el Ayuntamiento y mi hermano es subdirector de la residencia de la tercera edad», dice Pablo. Asentados como están en el rural ourensano, hace unos años que empezaron a advertir cómo se incrementaba el turismo. «Esta zona es muy atractiva y es cierto que es habitual encontrarse con gente que la visita, pero lo que notamos es que cada vez se quedan más tiempo», afirma. Mientras esto pasaba, él y su hermano estaban dejando que la casa de sus abuelos se derrumbase en la aldea de Caxide, en pleno corazón de la Ribeira Sacra. «Se estaba cayendo porque era muy vieja, así que quisimos sacarle provecho y al mismo tiempo promover las visitas al rural. Se nos ocurrió rehabilitarla y montar dos apartamentos turísticos», dice Pablo.

La obra empezó en mayo del 2022 y los primeros inquilinos entraron en junio de este año. «Está en la carretera que va a Luíntra. Antes era una palleira y un gallinero, llovía dentro, pero ahora es espectacular», confiesa Pablo. Él y su hermano han invertido sobre 200.000 euros y también han contado con una ayuda Leader de la Xunta. «Hemos abierto una pensión de tres estrellas. Son dos apartamentos con dos habitaciones cada uno, tres baños, salón y cocina», explica Pablo. Se alquilan de forma individual y su precio va desde los 90 a los 120 euros por noche, dependiendo del día y de la temporada. «Por ahora la ocupación va muy bien, en verano estamos llegando casi al 100 %», confiesa.

Una de las habitaciones
Una de las habitaciones Santi M. Amil

Los apartamentos tienen nombre. Uno es O Galiñeiro, en honor a la función que cumplía en tiempos, antes de su rehabilitación, y el otro se llama O Forno. «Tiene un baño que fue un antiguo horno. En toda la reforma intentamos tener presentes cuáles eran los puntos fuertes de la casa para dejarlos intactos o sacarles partido», explica Pablo. A poco más de un kilómetro están los Balcones de Madrid y el mirador de Cabezoás. «Esto es el corazón de la Ribeira Sacra y la gente que viene quiere hacer paisajismo, rutas de senderismo y el viaje en catamarán por los cañones del Sil», asegura el ahora anfitrión de Parada. «Estamos muy contentos con la decisión que tomamos, sobre todo por ver la casa arreglada y recuperada», concluye.