Un zorro nonagenario y la camiseta para la abuela Francisca

OURENSE

Paco Valeiras charla con Touriñán frente a los presidentes del Dépor y el Arenteiro
Paco Valeiras charla con Touriñán frente a los presidentes del Dépor y el Arenteiro ALEJANDRO CAMBA

Espiñedo se vistió de gala para recibir al Dépor antes de iniciar la Liga

20 ago 2023 . Actualizado a las 12:28 h.

El nuevo Arenteiro, el de Primera Federación, recibió en Espiñedo al Dépor, en su último ensayo antes de su histórico estreno. El ambiente, de gala, no podía ser menos en el hogar de una peña como la de Os Zorros, fundada cuando Arsenio Iglesias impartía doctrina blanquiazul.

Y hasta el recinto verde se desplazó Paco Valeiras, presidente de la peña deportivista, una de las más fieles al club herculino y que a lo largo de varias generaciones ha mantenido un vínculo entre la entidad blanquiazul y la villa carballiñesa. Fue el mismísimo Álvaro García Diéguez quien le entregó una camiseta del Dépor al nonagenario, con su nombre a la espalda y el número noventa. Para zorros plateados los que se han dedicado durante años a difundir la cultura del pulpo de Arcos.

A Argimiro Marnotes le tocó oficiar de anfitrión en una jornada en la que también se vieron en Espiñedo caras conocidas como las de Xosé Antonio Touriñán, que además de hacerse fotos con aficionados de uno y otro color, no perdió la ocasión para saludar al viejo pulpeiro.

Eso sí, el premio gordo estaba reservado, quizás mucho antes de llegar a O Carballiño. En la expedición deportivista estaba Diego Gómez Pérez, un extremo de Amoeiro al que apenas disfrutamos unos pocos años en el Pabellón, antes de que lo reclutara el Dépor como prometedor quinceañero.

En las gradas de Espiñedo estaba buena parte de la familia del prometedor futbolista, al que Imanol Idiakez decidió ver de cerca durante la pretemporada. Por si fuera poco, se asoció con Lucas Pérez para recibir un pase de tacón de la estrella blanquiazul y batir con un preciso putt a Pablo Brea. Minutos bien aprovechados, a un lado de casa. Los disfrutó de modo especial su abuela Francisca, que se fotografió con su nieto en el mismo césped y abandonó el estadio con una camiseta deportivista que nadie hubiera podido arrebatarle. Es fútbol de verano, pero incluso después de la tormenta se puede disfrutar. Y al Arenteiro le toca eso, pasarlo en grande este año, cada tarde, sea cual sea el resultado.