Recuperan una casa de sus padres en Parada de Sil y la convierten en alojamiento turístico

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

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Rita, en el centro, rodeada de sus hijos, Luis, Julio, Rita y Diego, frente a la casa reformada
Rita, en el centro, rodeada de sus hijos, Luis, Julio, Rita y Diego, frente a la casa reformada Ainara Rodríguez

La vivienda, en la aldea de Bouzas, cuenta con dos habitaciones con baño cada una y mirador privado a los cañones del Sil

26 jul 2023 . Actualizado a las 12:42 h.

Rita, Diego, Julio y Luis González Pérez son cuatro hermanos ourensanos que justo antes de la pandemia decidieron emprender uno de los proyectos más importantes de sus vidas. Se trata de la recuperación de una pieza fundamental en el patrimonio de su familia. Han reformado por completo una construcción en la pequeña aldea de Bouzas, en Parada de Sil, que sus padres adquirieron cuando ellos todavía eran niños y la han convertido en un alojamiento turístico. «Os nosos pais dedicábanse profesionalmente a facer o transporte de Fenosa. Tiñan un autobús, unha Land Rover e varios coches, porque ademais eran taxistas, así que necesitaban espazo para gardalos e por iso mercaron esta casa ao lado xusto de onde vivían», explica Rita. Fue desde el principio un lugar que sus padres utilizaron como alpendre, trastero y, por supuesto, como garaje. Ellos se criaron y crecieron en la casa roja que hay justo al lado y donde actualmente sigue viviendo su madre, Rita Pérez. 

Rita Pérez, en el centro, con sus hijos, Diego, Rita, Julio y Luis
Rita Pérez, en el centro, con sus hijos, Diego, Rita, Julio y Luis Ainara Rodríguez

Cuando murió su padre, en el 2013, los cuatro hermanos empezaron a pensar en el futuro. Cada uno de ellos tiene su vida hecha fuera de Bouzas. Rita es profesora en el colegio Mestre Vide en la capital, donde trabaja como programador informático Diego. Julio estuvo como celador veinte años en Vigo y desde hace uno desarrolla su trabajo en Ourense. Y Luis es funcionario del Ministerio de Interior, lo que le obliga a vivir entre la ciudad de As Burgas y Pontevedra. A pesar de que ellos estén fuera, su madre se niega a abandonar el pueblo. «Ela ten aquí a súa vida, coa horta e todo o demais. Entón pensamos que recuperar a casa do lado era unha forma de vincularnos coa aldea e tamén de achegar xente porque cada vez hai máis despoboamento nesta zona do rural», explica Rita. Antes de la pandemia empezaron con el proyecto de obra, cuya puesta en marcha se ralentizó precisamente por culpa del covid. Ahora, dos años después de lo previsto, los trabajos de recuperación han llegado a su fin y la casa acaba de estrenarse. Puede reservarse en las plataformas de alquiler más conocidas a un precio de 120 euros la noche. Está casi llena hasta finales de agosto. «A verdade é que menos mal que está funcionando porque supuxo unha inversión enorme por parte dos catro. A guerra de Ucraína incrementou moitísimo o presuposto e xa tiñamos que seguir cara adiante», explica Luis. 

Se trata de un alojamiento de dos habitaciones con baño en cada una de ellas, un salón-comedor y una cocina americana. Cuenta con dos terrazas ajardinadas, por delante y por detrás de la casa, y con una pequeña estancia, fuera de la construcción principal, que han convertido en la zona de lavandería y cuarto de limpieza. «Además temos un miradoiro privado aos canóns do Sil que poden desfrutar todos os hóspedes», presume Diego. 

«Nós concibimos este proxecto coma unha recuperación do patrimonio familiar pero tamén do territorio da aldea e da súa esencia. Queriamos que estivera arraigada aquí e á nosa cultura», dice Rita. Por eso, para la decoración del inmueble han contado con un artista local. El escultor de Parada de Sil Cándido Caneiro se encargó de hacer las piezas que lucen en todas las paredes de la casa. Las más significativas son dos estructuras coloristas que recubren las columnas de la fachada principal de la casa, que da a la carretera OU-0605. «Este camiño está cheo de curvas e sempre tivemos medo que un día viñera un coche e chocara con elas, así que ocorréusenos, xunto cos arquitectos, que sería bonito protexelas dándolles visibilidade a través da arte», afirma Rita. La obra simboliza dos cepas de colores vivos que crecen alrededor de las columnas y son el símbolo más característico de esta nueva casa de alquiler turístico de Parada de Sil.  

Privilegio de anfitriona

El último valor añadido que tiene la casa de Bouzas es Rita Pérez, la madre de estos cuatro hermanos, ya que está encantada de recibir a nuevos huéspedes cada poco. «Encántalle estar coa xente. Antes de axudar ao noso pai co taxi e o transporte, tiña un ultramarinos, e é unha persoa á que lle gusta presumir da vila, indicarlles aos turistas onde poden ir e incluso facerlles de comer», dice Diego. «Podería montar un posto de información na súa casa e levalo soa perfectamente porque sabe todo o que hai que ver e que facer nesta zona», añade. Ella está contenta con lo que han hecho sus hijos y promete que cuidará de las personas que se acerquen a disfrutan de Parada quedándose a dormir su alojamiento. «A idea gustoume dende o principio pero é certo que me preocupa porque foi moito gasto. Alégrame ver que os meus fillos teñen unha unión moi forte e só agardo que veñan moitas persoas e desfruten de todo isto igual ca min», termina Rita Pérez.