Sandra Ferro, gerente del Polígono Virtual de Galicia: «Hay empresas con una facturación decente sin un correo electrónico corporativo»

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

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Sandra Ferro está al frente del Polígono Virtual de Galicia
Sandra Ferro está al frente del Polígono Virtual de Galicia MIGUEL VILLAR

La iniciativa apoya a un centenar de firmas en su expansión tecnológica

28 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El escaparate digital tiene cada vez más peso en los negocios. Es por eso que acaba de nacer el primer Polígono Virtual de Galicia. Su sede física se encuentra en el Parque Tecnolóxico de Galicia y tiene como gerente a la emprendedora ourensana Sandra Ferro Conde. Agrupa a más de un centenar de empresas inscritas a las que quiere ayudar en su expansión tecnológica.

—¿Cómo definiría el Polígono Virtual de Galicia?

—Es un polígono de empresas, pero virtual. Tiene todas las características y las ventajas de un polígono pero sin una ubicación física. El principal objetivo que nos marcamos es que las empresas que estén asociadas tengan esa huella digital, que seamos conscientes de lo importante que es tener presencia en línea y un punto digital en el que darnos a conocer a todo el mundo, y no solo en el ámbito local. Aunque muchas empresas ya tienen eso muy trabajado, es cierto que al autónomo o a la pequeña empresa del rural aún le cuesta mucho. Estamos enfocados sobre todo a este tipo de perfil.

—¿Cuesta mucho todavía convencer a los emprendedores para que se abran al mundo digital?

—Con la pandemia se ha avanzado mucho y sí que han visto que en un mundo tan globalizado no puedes competir solo a nivel local con tu pequeño punto de venta o de servicio, pero aún cuesta que le den el valor que realmente tiene y que le dediquen tiempo, recursos y todo tipo de herramientas para que sea un punto positivo para su negocio. Todavía hoy nos encontramos con muchas empresas con una facturación decente y que no tienen un correo electrónico corporativo, por ejemplo, o que no tienen una página web de contacto. Por eso entendemos que hay mucho que hacer.

—¿Existiría este polígono si no hubiera sido por la pandemia?

—Es cierto que nació en ese momento, precisamente cuando tuvimos que parar la actividad de los negocios y encerrarnos en nuestras casas. Ahí fue cuando surgió el tema de ‘y ahora, cómo seguimos’ o ‘cómo podemos llegar a otra gente que nos necesita’. Ahí empezó el germen de este polígono virtual. Comenzó siendo un proyecto que tenía aspiraciones, pero era pequeño y que con la entrada de la Xunta de Galicia se hizo más grande aunque también supuso una serie de trámites y burocracias que nos hubiera gustado que fueran más cortas y que se ha materializado hace unos meses. Lleva tiempo andando, pero necesita que se conozca. Tenemos 130 asociados y cada uno de ellos tiene su pequeño espacio para su empresa, servicio o actividad con imágenes e información sobre sus productos.

—Entre los asociados están firmas relevantes en el mundo digital como Redegal o 4 Elementos. ¿Cuál es el perfil habitual?

—Hay empresas de todo tipo. Las tenemos muy significativas en la provincia, pero también muchas pequeñas empresas y autónomos con negocios más modestos para los que es mucho más beneficioso estar en el polígono virtual y no sentirse solos ante el peligro.

—¿Es una evolución natural pasar del negocio físico al «online»?

—En mi caso sí fue una evolución natural, por como evolucionó mi vida pero yo creo que pueden convivir los dos modelos. Una persona puede tener su negocio en su ciudad y a la vez contar con una presencia digital fuerte. Aquí hay que diferenciar un poco entre tener una página web con acceso a la venta de tu producto y la presencia digital sin más, para que se te conozca o para tener unas redes sociales cuidadas. La gente vive con el móvil en la mano y la información al cliente llega por esa vía.

Dos vocaciones cumplidas: el diseño de moda y ser madre

La trayectoria vital de Sandra Ferro va ligada a su gran pasión: el diseño de moda. Para alcanzar ese sueño cursó estudios en el Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid a finales de la década de los noventa. Su trayectoria profesional está ligada a la tienda Le Carrousel, un negocio que nació de la unión de Sandra con su hermana Nuria, licenciada en administración y dirección de empresas. Abrieron en el 2011 su tienda en la rúa da Paz, en el casco histórico, pero desde el 2020 viven una etapa 2.0 con un negocio exclusivo de venta en línea. Sobre si da vértigo el salto, Sandra explica: «En nuestro caso no. Ten en cuenta que nosotros abrimos nuestra primera tienda en línea en el año 2013. Fue un modelo que sufrió cambios y nuevas versiones. Fue un proceso natural y lo único que hicimos fue cerrar el punto de venta y continuar con el negocio en línea. Recuerdo que cuando montamos la venta en internet parecía un mundo y luego te das cuenta de que no es para tanto».

Desde su experiencia vital, la gerente del Polígono Virtual de Galicia reflexiona sobre las dificultades que todavía se encuentran para convencer a los emprendedores de la necesidad de invertir en el negocio digital: «Sigue costando que ellos vean que ese dinero está bien invertido, que igual que haces una inversión en tu tienda física para tenerla en perfecto estado también tienes que hacerla en el mundo virtual. Eso es así aún sabiendo el retorno que tienes, pero cada vez mucha más gente se abre a montar su propia página web y a gestionar las redes sociales. Hace poco hicimos una formación de Instagram empresarial y se apuntó mucha gente. Ves el interés».

El día a día de Sandra Ferro se adapta a lo que algunos han dado en llamar «la vida moderna». Madre de un niño de cinco años, con el que asegura ha colmado su otra gran aspiración vital, explica cómo toca hacer malabares para compaginar la vida personal y profesional: «Tratas de lograr ese equilibrio entre trabajar y ser madre que todavía sigue siendo un poco hándicap, porque recae sobre nosotras la carga mental que decimos de la maternidad; la llevamos como muy interiorizada. Es algo cultural o que realmente tenemos intrínseco por eso nos cuesta un poco más».

Sobre sus aficiones, Sandra Ferro señala: «Me encanta viajar, leer, dibujar o pintar, sobre todo la ilustración, de hecho por ello soy diseñadora de moda. Ahora hago lo que puedo porque tengo un hijo de cinco años y él lo absorbe todo. Estamos en unos años de su vida en los que todo gira a su alrededor y soy feliz. Tenía la vocación de ser diseñadora de moda y otra interna de ser madre y la verdad es que lo estoy disfrutando muchísimo». Otra de sus aficiones es el teatro, pasión que comparte con su pareja que se dedica a esta arte escénica.

«En Ourense hay un perfil nuevo de emprendedores que tienen muchas ganas de avanzar»

Sandra Ferro también es la gerente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Ourense, colectivo que considera muy activo en la provincia. «Cuando me lo propusieron no lo dude porque me va la marcha y es una asociación muy activa y que hace muchas cosas por la provincia de Ourense», explica. Además, ambos cargos están relacionados toda vez que AJE está detrás de los inicios del Polígono Virtual de Galicia.

—¿Qué mensaje le trasladarías al joven empresario?

—Es una época extraña. Hay un poco de incertidumbre, pero también veo que hay mucha gente con intención de emprender, que se dio cuenta de que había ahí un camino. Hay un perfil nuevo de emprendedores y de gente que tiene ganas de avanzar. Les diría que no tiren la toalla, que el camino no es fácil pero que es muy gratificante a medio o largo plazo. Los comienzos nunca son fáciles, pero les diría que no duden en asociarse a colectivos como AJE y en conocer herramientas que tenemos o las que dan otras instituciones porque muchas veces iniciamos el camino solo.

—¿Sigue habiendo ese miedo al fracaso a la hora de emprender o la sociedad ha madurado en ese sentido?

—Emprender no es que estuviera mal visto, pero sí que había esa creencia de que se emprendía cuando no se tenía otra cosa que hacer. Ahí sí creo que se ha cambiado muchísimo la visión. El que emprende no es porque no tenga otra alternativa en la vida, sino por una decisión vital. El emprendedor lo es desde la cuna, en todos los ámbitos de su vida y eso le lleva a emprender un proyecto laboral con el que se identifique.