El lamento de una mujer, viuda y con un niño, a la que retrasaron su operación para extirparle un tumor: «Apoyo que pidan mejoras, pero sin jugar con el paciente»
OURENSE

Yaniuska Hernández, una cubana que reside en el concello ourensano de Allariz, estaba ya sedada y lista para bajar a quirófano cuando le dijeron que se cancelaba, por tercera vez, su cirugía
02 may 2023 . Actualizado a las 18:26 h.Yaniuska Hernández, de 38 años, ingresó el jueves en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) para someterse a una intervención quirúrgica en la que le extraerían el tumor que tiene en la parótida, en el lado derecho de la cara. Le advirtieron que no bebiese después de media noche porque iba a ser la primera en entrar en quirófano. Pero cuando abandonó la habitación al día siguiente fue para regresar a su casa. «Después de raparme, por la mañana, vinieron a ponerme la vía y a darme la medicación para que estuviera más tranquila para bajar a la cirugía. Al rato llegó el médico y me dijo que lo sentía, pero que se suspendía la operación porque no había anestesista. Yo, sedada como estaba en ese momento, me lo tomé a risa», relata. Pero no era ninguna broma y esa primera reacción ha dado paso al enfado. «Es la tercera vez que me cancelan la operación. Primero la fijaron para el 14 de marzo, luego llamaron para decirme que el 31, después para el 14 de abril y ahora, no sé. Me dicen que posiblemente haya que esperar a que termine la huelga de médicos», dice. Pero, además del enfado, Yaniuska está preocupada. «Estoy cada vez más angustiada. Me dicen que el tumor que tengo no es maligno pero pienso que puede cambiar con el paso del tiempo y que si a mí me pasa algo, mi hijo se queda solo. Mi marido falleció poco después de nacer el niño», explica. Yaniuska y su esposo llegaron a Galicia desde Cuba en el 2009, pero no tenían familia aquí. «Ahora estoy sola y mi hijo tiene cinco años. Si necesito que lo cuiden, como ahora para poder ingresar para la operación, tengo que servirme de otras personas. Lo hacen encantadas, siempre se portaron muy bien conmigo, pero me da rabia dar molestias para nada», dice esta madre, que reside en el concello ourensano de Allariz.
En su opinión, no es aceptable que alguien que sabe que va a hacer huelga no avise al menos el día antes para evitar desplazamientos inútiles hasta el hospital. «No trabajan con ladrillos, sino con personas. Es entendible que quieran reclamar sus derechos, y yo soy la primera que apoyo que pidan mejores condiciones para su trabajo, pero sin jugar con el paciente», añade. Asegura que entiende que, en una situación como la actual, la actividad «se centre en pacientes más graves, que tienen prioridad», pero opina que es necesario cierto respeto hacia los enfermos. «Hay que tener un poco de empatía por los demás. Hay muchas circunstancias y mucha gente que necesita echar mano de otras personas para ir a una cita médica», argumenta.
A Yaniuska le preocupa que hace ya tres años que detectó el bulto. «Al principio me dijeron que era un ganglio inflamado», cuenta. El año pasado, tras notar molestias, le hicieron pruebas y dieron con el diagnóstico. «Me dijeron que es un tumor benigno, y es un alivio, pero pienso que con el tiempo igual puede cambiar», reflexiona.
Desde la dirección del área sanitaria reiteran las disculpas tanto a esta paciente como al resto de los afectados —en Ourense se han suspendido un centenar de cirugías por la huelga— pero explican que la preparación de los pacientes sigue un protocolo que inicia muchas veces el personal del turno de noche y en ese momento no pueden saber si alguien que tiene que incorporarse por la mañana estará o no de huelga.