El cambio de las bodas en Ourense: se amplía la temporada alta y se pierde el marisco

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE

Una boda en Ourense
Una boda en Ourense Pablo Araújo

A partir de este mes arrancan los enlaces en los principales espacios de la provincia, que seguirán hasta octubre

15 abr 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia cambió los hábitos o las costumbres sociales, también la forma de celebrar las bodas. El parón obligado en el 2020 y también la reducción de aforo y otras medidas de seguridad adoptadas en el 2021, provocaron que se sucediesen las anulaciones de enlaces. De ahí que el año pasado fuese uno de los más boyantes en lo que a ceremonias matrimoniales se refiere. En Ourense no había un hueco para casarse en el 2022 y esa masificación hizo que la temporada de este tipo de eventos se ampliase. Desde entonces las bodas no son solo en verano: ahora empiezan en abril y se alargan hasta finales de octubre. «Las generaciones cambian y eso se nota también en la forma de casarse. Antes era fundamental aprovechar las vacaciones de julio o agosto, pero ahora ya no. De hecho en mi caso el mes que tengo más lleno es septiembre», afirma el fotógrafo Pablo Araújo. El ourensano lleva trece años captando las mejores instantáneas de cada enlace con su estudio Nolatípicafoto.

La organizadora de bodas Sara Álvarez, del estudio Día B, destaca junio como el mes más solicitado. «Diría que la temporada ya empezó, lo hace a partir de abril. A las parejas cada vez les gustan más estos meses de primavera porque el verano ourensano es de muchísimo calor y tratamos de huir de él, aunque la verdad es que son de mucho trabajo igualmente», dice. 

«Hai moitos clientes que buscan datas fora do común tamén para poder xuntar a toda a súa familia e que non lles coincida con outra cousa. Tivemos vodas no Nadal ou na ponte do Pilar, por exemplo. Aínda así creo que a maioría buscan o bo tempo e o sol», dice Mike Pazos, director del Hotel Oca Vila de Allariz

No solo se amplía el abanico de fechas para casarse, también ha cambiado la percepción del enlace en sí. «Ahora las parejas ponen el acento en la fiesta, no tanto a la ceremonia. Y eso es algo que se acentuó mucho con la pandemia. Priorizamos el celebrar, aunque sea con menos gente, pero con mucho más jaleo», añade Pablo Araújo. La primera pareja que retratará él del 2023 es este abril. «Ya no hay tantas bodas por la iglesia, generalmente lo que más se repite son ceremonias civiles. Se nota que la gente lo que quiere es compartir sobre todo con sus amigos y su familia, reunirlos y disfrutar con ellos», añade Sara Álvarez. Ese incremento de bodas civiles lo han notado también en A Carballeira de Santa Cruz. «Muchas parejas deciden casarse en nuestros jardines al aire libre y eso antes no pasaba o, al menos, no tan a menudo», dicen desde la gerencia de este espacio, donde destacan que en los meses de octubre, noviembre y diciembre del 2022 tuvieron una amplia cantidad de bodas y eventos. «Fue espectacular. Notamos un cambio de mentalidad en la gente muy grande. Ahora se animan a celebrar con mucha facilidad», aseguran.

El fotógrafo Pablo Araújo
El fotógrafo Pablo Araújo MIGUEL VILLAR

 Menos marisco

También ha cambiado el menú de las bodas. En Casal de Armán, en Ribadavia, llevan once años siendo el lugar escogido por centenares de parejas para casarse. «El 60 % de la facturación depende de los eventos», afirma Marco Varela, jefe de cocina de Sábrego, que es el restaurante de esta casa rural y bodega. En este espacio la temporada 2023 arranca el 22 de abril y termina en octubre con la última contratada hasta el momento. «Cada vez las parejas son más coherentes con el tipo de menú. Hay una rotura con la comida tradicional que se liga a las bodas, una línea que basándose en el marisco fresco con el que trabajamos aquí provocaba unos precios desorbitados», explica el chef. Se tiende a romper con el concepto de comer muy abundante y mucho marisco. «A xente quere equilibrio, que non haxa que tirar comida, e a verdade é que o marisco está cada vez menos de moda e o presuposto axústase máis», añade Maike Pazos, director del Hotel Oca de Allariz, otro de los lugares más concurridos para casarse en la provincia. «Lo normal, eso sí, es que la gente quiera pulpo y que se lo cocinen a la vista. Estamos en la provincia de Ourense y eso se nota», admite el chef de Sábrego. Y también añade un cambio más. Si en la pandemia había modificado los horarios y lo más habitual en el 2021 y en el 2022 fue casarse a mediodía, ahora ya no. «Vuelven a triunfar las bodas de tarde porque todo el mundo prefiere evitarse el madrugón para arreglarse y luego que le llegue el tiempo de disfrutar hasta entrada la madrugada. Aquí solo hay dos contratadas para mediodía», explica. Asegura que en Casal de Armán están a tres bodas de hacer las cifras del año pasado, uno de los mejores para todo el sector. Quedan más huecos disponibles en el espacio de Allariz. «Pinta unha boa tempada pero aínda temos datas libres. As vodas son máis pequenas, de cen persoas como moito», concluye el responsable del Hotel Oca.  

Las modificaciones a la hora de casarse, también las aprecian las peluquerías de Ourense. Seoane'ss es una de las de mayor experiencia en la ciudad. Llevan cuarenta años peinando novias. «Este año hasta tuvimos trabajos en invierno, pero lo más fuerte llega en los meses de agosto y septiembre», dice María Seoane, una de las propietarias del negocio. «Ahora el 90 % de las bodas se realizan en pazos, hoteles, fincas... porque son ceremonias civiles y eso se nota muchísimo en nuestra forma de trabajar. Nos desplazamos hasta allí y acompañamos a la novia hasta el final. Estamos presentes en todo el proceso. Antes las chicas se peinaban en el salón y se iban a la iglesia», añade. En estos últimos años también han notado como se suma la petición de un nuevo servicio: el peinado de la segunda puesta. «Las novias ahora llevan otro vestido para la fiesta y entonces ahí nos contratan también para cambiar de peinado, más relajado y cómodo», termina.