Una jueza de Ourense impone quince meses de cárcel a un conductor por ir en moto bebiendo un Coca-Cola
OURENSE

La magistrada ve probado que el conductor puso en peligro la integridad de los peatones que transitaban por el casco urbano de O Barco
04 abr 2023 . Actualizado a las 12:36 h.En quince meses y un día de prisión ha quedado fijada la condena para un conductor que, según ha quedado probado, puso en riesgo con su comportamiento la integridad de otros automovilistas y peatones que circulaban por la vía pública. Tan dura sanción recae en un acusado que ya fue condenado en el pasado por otro delito contra la seguridad vial.
Precisamente, en aquel primer reproche penal tiene su origen este asunto. En marzo del 2021 un juzgado de O Barco condenó a Máximo H. D. por haberse negado a realizar un control de alcoholemia. Se le impuso una pena de seis meses de cárcel y la privación de conducir durante diez meses, lo que, en la práctica, le impedía volver a ponerse al volante de un vehículo hasta enero del 2022. Pero mucho antes de esa fecha, en concreto el 30 de junio del 2021, los agentes de la Guardia Civil de ese municipio lo vieron subido a una moto por el casco urbano. No solo eso, sino que además el piloto llevaba una lata de Coca-Cola en su mano izquierda cuando se disponía a arrancar. No están permitido este tipo de comportamientos, por lo que los uniformados empezaron a seguirlo. Lo reconocieron nada más ponerse a su altura —por anteriores actuaciones y por los tatuajes de sus brazos— y le pidieron que estacionase, pero aunque inicialmente accedió, el piloto hizo luego un cambio de sentido para tratar de dar esquinazo a los guardias.
Así arrancó una persecución durante la cual los agentes observaron como el motociclista circulaba a gran velocidad por la vía pública, esquivando a dos ancianos que cruzaban un paso de peatones y rebasando tres semáforos en rojo de otras tantas calles. «Puso en peligro a los peatones», dice ahora la sentencia, que da por probado que el acusado, con su comportamiento aquella tarde, tuvo una «notoria desatención a las normas reguladoras del tráfico».
Aunque durante la vista la defensa trató de probar que no era el acusado quien conducía, sino su hermano, que los agentes aportaran detalles concretos sobre el acusado, al que conocen desde hace muchos años, ha sido fundamental. La magistrada no tiene dudas sobre el imputado y lo considera responsable de un delito de conducción temeraria y otro de conducción sin permiso. Además de la pena de privación de libertad, lo inhabilita para conducir durante tres años y medio y le impone las costas del proceso. Al investigado le cabe la opción de presentar recurso.