Dos jubiladas ourensanas cocinan las recetas de su vida para un centenar de personas

En la cocina tan importante es el saber como el sabor y así lo demostraron las ourensanas Margarita Nieves y Ana María Aguiar en la primera edición en Galicia del concurso Encuentros con saber y sabor a mar y tierra. Se trata de un proyecto con el que Caixabank quiere emprender un viaje a través de la gastronomía de las cuatro comunidades del Cantábrico en compañía de los que más la conocen: los mayores. Las aulas sénior de Ategal, un centro de formación permanente sociocultural dirigido a personas de más de 55 años, han sido las encargadas de impulsar esta propuesta en Galicia. Lo hicieron organizando un concurso de recetas en todas sus sedes, en el que el alumnado además de la fórmula, debía presentar la historia que había detrás de ese plato. Margarita y Ana María fueron las elegidas de Ourense y sus recetas llegaron al certamen en Santiago. Allí, los alumnos de hostelería replicaron sus propuestas para más de un centenar de comensales, que disfrutaron de una comida, en la que también estuvieron estas ourensanas jubiladas, celebrada el Centro Superior de Hotelería de Galicia.

Marga, que a sus 75 años va a clases de memoria, de gallego, de francés o de yoga en el aula sénior de Ourense, triunfó con una receta de una empanada hojaldrada de verduras. «Es una especia de plato de aprovechamiento que se puede hacer con zanahoria, berenjena, calabacín, champiñones, espinacas... de todo», dice. «A mí cocinar no me apasiona, lo hago porque tengo que comer, pero este plato es muy especial porque me lo enseñó cuando era joven una vecina de A Milagrosa que era como de nuestra familia, la quería muchísimo», admite y explica que su maestra, Concepción, elaboraba hasta ella misma la masa de hojaldre. Marga estudió Magisterio, trabajó unos años como secretaria y fue una gran ama de casa. Ahora triunfa también con las recetas de cocina de su vida.

Por su parte, Ana María propuso una tarta de castañas. «Es una elaboración homenaje a los magostos», cuenta. .Esta ourensana fue durante más de treinta años docente en las aulas sénior de Ourense; con 67 y ya jubilada se ha convertido en alumna. «Voy a historia y también iba a yoga pero ahora paré», cuenta. «Cada vez que celebrábamos los magostos en el centro sobraban un montón de castañas, así que yo les pedía a los compañeros que las pelasen y me las diesen y al día siguiente traía una tarta hecha con ellas», explica. Su pastel, que le enseñó una hermana de su padre cuando era niña, le gustaba a todo el mundo y por eso decidió presentar su receta a este concurso. «La verdad es que fue una alegría que la seleccionasen. Esta es mi segunda casa y aquí estoy feliz», termina. 

«No podría más orgullosa», afirma Marisa Justo, coordinadora de las aulas sénior de Ourense. «Este evento demuestra que la experiencia es un grado y permite poner en valor algo tan básico como revolucionario: la buena alimentación», concluye.

---

---