Quedan tres meses para las elecciones municipales y da la sensación de que en Ourense nunca antes, en la historia reciente, les ha costado tanto a los partidos elaborar las listas. Yo lo entiendo. En la provincia es difícil encontrar pediatras, camareros, soldadores, obreros... ¿por qué iba a ser de otro modo con los políticos? Aunque quizás los motivos sean diferentes. Cuesta encontrar pediatras por la cantidad de plazas mir que se convocan, que no son suficientes (y por otras razones que no caben en esta columna porque son muy complejas). Cuesta encontrar camareros porque algunos aspirantes no tienen formación y los que la tienen no siempre encuentran la remuneración que les corresponde en el mercado. Cuesta encontrar soldadores u obreros cualificados porque no hay relevo, porque no son caminos laborales por los que opten los jóvenes aunque prácticamente tengan garantizado trabajo y un buen sueldo. Pero, ¿por qué cuesta encontrar aspirantes a concejales, operarios de la política local? Supongo que hay distintos motivos. Seguro que hay muchos que quieren y no pueden, porque no tienen preparación ni ideología; otros que quieren y no pueden porque no son unos pelotas y tienen criterio propio; otros que pueden y no quieren porque tienen una vida tranquila y una carrera profesional; otros que pueden y hasta quieren, pero no se atreven porque los políticos no están bien vistos y porque (maliciosos, aunque con motivo) los demás nos preguntaremos si su vocación es auténtica y noble... Luego están los que quieren y pueden y lo convierten en su profesión y su medio de vida. Y, por supuesto, los que simplemente quieren hacer algo por los demás y mejorar el lugar en el que viven. Por favor, que haya muchos de estos en las listas.