Cinco muertos en tres meses por incendios registrados en viviendas de la provincia de Ourense

Marta Vázquez Fernández
marta vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Incendio registrado el pasado jueves en un ático de la avenida de la Habana de la capital ourensana
Incendio registrado el pasado jueves en un ático de la avenida de la Habana de la capital ourensana MIGUEL VILLAR

Los expertos recomiendan no dejar móviles cargando durante la noche

05 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La provincia de Ourense vive semanas complicadas en lo relativo a incendios en viviendas. Desde el mes de enero ya han sido tres las personas que han fallecido debido a fuegos originados dentro de sus casas —dos en la capital y una en O Barco— y si esta cifra ya es preocupante por sí sola, lo es más cuando se echa la vista unos meses más atrás. En diciembre hubo otra víctima en similares circunstancias y en noviembre se registraron otros dos fuegos en casas con resultado de muerte. La cifra, por tanto, es la peor de los últimos años. En apenas tres meses ha habido cinco fallecimientos, la mayoría personas de avanzada edad, pero además los sustos por este tipo de incidentes son casi diarios desde que los termómetros han descendido a cifras bajo cero.

Esta misma semana, con menos de veinticuatro horas de diferencia, se han registrado dos episodios en pisos situados en el centro urbano. No ha habido que lamentar víctimas, pero sí han resultado heridas cuatro personas por inhalación de monóxido de carbono. El peligro, por tanto, es muy grande y conviene tomar precauciones para que el hogar no se convierta en una trampa mortal para sus moradores.

«Estamos en una época propicia para ese tipo de accidentes porque hace mucho frío y en ocasiones se utilizan emisores de calor que pueden no estar convenientemente revisados», advierte José Benito Álvarez González, oficial de incendios que desde hace algunos meses cubre la ausencia del jefe de bomberos de la capital ourensana. Explica el profesional que muchas veces puede ocurrir que se acerquen prendas a estufas o calefactores, y si se trata de artículos fabricados con fibras sintéticas, como el nylon, el riesgo de combustión es alto. «Cuando hay un foco de calor es muy importante procurar que no haya nada cerca que pueda caerle encima, ya que la proximidad puede provocar la ignición», asegura.

El mantenimiento

En el caso de las viviendas urbanas, resulta clave tener a punto todos los sistemas productores de calor, garantizando por ejemplo que las calderas de gas estén con las revisiones reglamentarias, para que no haya escapes de monóxido de carbono. También es muy importante conservar limpias las campanas extractoras, origen de numerosos incendios, no solo en épocas de frío, sino durante todo el año.

Una de las vecinas que tuvo que recibir atención médica tras el incendio de Ourense
Una de las vecinas que tuvo que recibir atención médica tras el incendio de Ourense MIGUEL VILLAR

En el rural, la falta de limpieza de las chimeneas es el origen de gran parte de los sustos. Así lo indica Miguel Varela, del cuerpo de bomberos de O Carballiño. «É necesario facer mantemento das cociñas de pellets ou francesas para evitar que as partículas que quedan adheridas as chemineas collan altas temperaturas e poidan provocar sustos», asegura el profesional.

La sobrecarga de enchufes

«Una cosa muy importante es no sobrecargar enchufes, se recalientan cables y eso puede producir un incendio», señala José Benito Álvarez, que recuerda que si se usan mantas eléctricas u objetos similares para calentar las camas o habitaciones, es fundamental encenderlas antes de acostarse y dejarlas desenchufadas cuando uno se va a dormir.

Otro peligro son los cargadores de móviles. En esto el responsable en funciones de los bomberos de la capital es muy claro: «No conviene dejarlos por la noche; se hace mucho porque es cuando estamos en casa, pero puede ser peligroso», asegura. Y de tener que hacerlo, jamás cerca de algo que pueda arder. «Nunca se debe dejar un dispositivo electrónico enchufado encima de un sofá, ya que rápidamente puede producir fuego. Si está en un entorno en el que no haya combustibles echará humo, pero no provocará un incendio de inmediato», aclara.

En todo caso, cuantas menos cosas queden conectadas a la red eléctrica por la noche mucho mejor, aconseja el profesional, que reconoce que «está siendo un invierno muy complicado por el frío». Tampoco ayuda la situación económica. «Estamos teniendo unas temperaturas muy bajas; la gente no anda sobrada de dinero y a lo mejor utilizan cosas que no están en el estado debido, o a las que no se hace el mantenimiento adecuado», explica. Calefactores que pasan demasiadas horas encendidos o regletas que no están certificadas y soportan demasiados aparatos conectados al mismo tiempo pueden convertirse en un peligro, aseguran los profesionales.

«Un detector de humo puede ser clave a la hora de descubrir un fuego y salvar vidas»

En el incendio que se registró el pasado martes en una vivienda situada en el número 20 de la avenida de La Habana de la capital ourensana fue clave que el piso tuviera un detector de humos. Los pitidos del aparato alertaron a dos operarios que colocaban una calefacción en la planta de arriba y fueron ellos quienes se metieron dentro de la casa y rescataron a una mujer de 97 años que no era capaz de salir ella sola.

Sin embargo, no es frecuente que las viviendas dispongan de este tipo de dispositivos. «Por desgracia no es habitual, pero debería serlo», explica José Benito Álvarez. «Se está barajando el introducirlo como obligación en la normativa de incendios, pero en este momento no es obligatorio y por desgracia hay mucho desconocimiento. Hay quien no sabe de la existencia de estos detectores y es muy conveniente tenerlos porque son fundamentales para salvar vidas», asegura.

«Si algo arde por la noche y hay un detector, te despierta y te da tiempo de salir de casa y avisar a los bomberos», insiste el experto. Este tipo de aparatos suponen una pequeña inversión, ya que pueden conseguirse por menos de 20 euros.

Mantener la calma

Avisar a los servicios de emergencia y tratar de confinar el fuego son dos gestos cruciales cuando hay una alerta en casa. «El incendio necesita oxígeno y hay que limitárselo siempre que sea posible, cerrando puertas y ventanas», afirma Miguel Varela, quien con muchos años de experiencia en extinción a sus espaldas sabe que el pánico no es un buen aliado en este tipo de situaciones. «Hay que intentar mantener la calma», advierte. Usar los extintores de la escalera o tener uno en casa, si la comunidad no dispone de este instrumento, es otra opción a estudiar.