Ya comenté semanas atrás que por primera vez en la historia de la República Federal de Alemania hay que repetir unas elecciones regionales. Se trata de la ciudad de Berlín, en donde el tribunal de garantías constitucionales había dictaminado que en los comicios de septiembre de 2021 no hubo juego limpio en el proceso electoral. Pues bien, el 12 de febrero es la nueva fecha para decidir. Normalmente la junta electoral regional debería haber aprendido de los errores anteriores. Parece ser que no. Un candidato a diputado de un distrito electoral ha comprobado que en las papeletas publicadas para las urnas, su nombre y apellidos no coinciden. Ya pasó en las anteriores elecciones y sigue sin subsanarse. Otro caso es el voto por correo, ya abierto, en donde se ha enviado a 50 vecinos de un barrio las papeletas en dos sobres distintos. Por lo tanto podrían perfectamente ir a correos y votar dos veces. Por suerte estos ciudadanos alertaron a la junta electoral y se anularon esas papeletas, enviando unas nuevas de uso único. En otro distrito el elector tiene que enviar por correo dos papeletas: en una votas la lista del partido (como aquí) y en otra hay que marcar con una cruz a quien quieres como diputado de tu zona. Aquí se tuvieron que anular más de 1700 sobres ya enviados, al figurar como elegible directamente por el distrito un candidato que se había presentado en las anteriores elecciones pero en estas nuevas ya no reside ni siquiera en Berlín, ni fue propuesto por su partido. Por lo tanto no debe figurar en ninguna papeleta. Esa Alemania tan perfecta sigue teniendo grietas.