Desde el aperitivo hasta el espumoso, te damos una lista de ideas que aportar a la velada de Fin de Año
29 dic 2022 . Actualizado a las 15:43 h.En la cena de Nochevieja no a todos les toca cocinar. Mientras algunos miembros de la familia se pasan horas a los fogones, otros llegan a mesa puesta. Los hay que es por razones justificadas, porque tienen que trabajar o porque no tienen aptitudes culinarias. Siempre está bien llegar con algo bajo el brazo y qué mejor si es hecho en la provincia de Ourense. Por supuesto, puede ser, como vienen los niños al mundo, con un pan de Cea, una opción perfecta que a estas alturas de la película ya puede comprarse en muchas panaderías de la ciudad, desde las de la plaza de abastos hasta la de los supermercados Froiz o Mercadona. Para ampliar la lista, aquí te dejamos nueve ideas más con las que aportar algo rico y ourensano a la cena de Fin de Año.
Quesos O Rexo
La mayoría de quesos O Rexo han conseguido premios internacionales en aquellos concursos a los que se han presentado. Es el primero de oveja hecho en Galicia a base de leche cruda y se elabora concretamente en Allariz. Lo hacen curado y semicurado y su precio es inferior a 15 euros. Cortadito en cuña y en una tabla acompañado de picatostes y uvas, es un entrante perfecto para arrancar la noche más especial del año.
Jamón de Coren
Coren es conocido por muchos productos y platos preparados como su pollo asado. También elaboran tablas de jamón. Las hacen de Selecta, la gama de cerdo alimentado con castañas, y también de raza ibérica criados en la dehesa extremeña. En estas fechas venden tablas ya preparadas de un precio de 10 euros en adelante. En las tiendas Coren Grill también tienen jamón loncheado y envasado al vacío, listo para comer.
Vermú Auriense
Para ese momento del aperitivo antes de ponerse con la cena en sí, también es una buena opción aparecer con un vermú ourensano. Los hermanos Giráldez empezaron a producir este año Auriense y con él no paran de cosechar éxitos. Es dulce y ligero y tienen las dos versiones, el de vino blanco y el de vino tinto. El precio de la botella, que es de un litro, es de 14,30 euros.
Hidromiel Gurung
Para quienes pasen del vermú tradicional y prefieran un sabor sorprendente, está la opción de Gurung, que es un hidromiel artesano elaborado en la provincia de Ourense. Un sabor dulce y refrescante que se consigue fermentando miel, agua y zumo de naranjas recién exprimidas con levaduras autóctonas de la Ribeira Sacra, todo ello macerado con una combinación secreta de hierbas aromáticas y especias. La botella cuesta sobre 12 euros.
Un blanco Gran Alanis
Una opción para todos los bolsillos, y que encandilará a todos los paladares, es el vino Gran Alanís. La botella roza los 5 euros y se trata de un blanco de la Denominación de Origen Ribeiro, que mezcla uva treixadura y loureira. Es ligero, fresco y afrutado. Fácil de beber y perfecto para compartir y descorchar otra botella.
Tinto Pazo do Mar
Para los que prefieran regalar y brindar con tinto durante la cena, una buena opción para no llegar con las manos vacías en Fin de Año es el de Pazo do Mar, de la Denominación de Origen Ribeiro. La botella cuesta 6,5 euros y es un mencía que lleva algunas variedades de brancellao y sousón, unas uvas cosechadas en los viñedos que la bodega tiene en Toén. Es un vino con mucho cuerpo, ácido y fresco en la misma proporción.
Panetone de Meraki
En esta pastelería ourensana conocen a la perfección los secretos del postre italiano de Navidad por excelencia. En Meraki producen y venden los panetones por centenas cada semana de diciembre, por eso siempre recomiendan encargarlo con anterioridad. Los tienen de chocolate con praliné de almendra y avellanas troceadas, el clásico de cítricos y uno especial de castaña con naranja y chocolate negro. El precio por unidad es de 16 euros y todos van en una caja especial con ilustraciones de la ciudad de Ourense. Son un regalo perfecto para sorprender y disfrutar en familia. No quedará ni una miga.
Turrones Arva
Son un clásico de la Navidad y en cuanto termina se van, por eso pueden funcionar como regalo para el postre de la noche de Fin de Año. En Arva llevan más de cuarenta años haciendo turrones artesanos. Los hacen de whisky, licor café, crema de orujo, frutos secos... También están los de mazapán, de nata y nuez, de crema tostada, de Cádiz, de raja almendrada... Y, por supuesto, los de praliné; de piñones o de avellanas. Se pueden comprar al peso o en bandejas surtidas, listas para compartir en la mesa. Las barras cuestan 13 euros de cualquier sabor.
Torta de roxóns
Es típica de Valdeorras y es uno de los dulces más peculiares de la gastronomía de la provincia porque mezcla dulce con salado. La torta de roxóns lleva, además de harina, huevos y azúcar, nada más y nada menos que chicharrones desmigados. En O Barco o en A Rúa es posible comprarla en cualquier panadería por estas fechas. Una de las más conocidas es la que venden en el obrador de Petín de Valdeorras.
Burbujas de Viña Costeira
Se llama Burbujas del Camino y es de la familia Pazo, de los espumosos de Viña Costeira. Es fresco y ligero, muy frutal y expresivo. Tiene un aroma intenso de flores blancas con un fondo de hierbas de infusión. Es alegre y chispeante, con toques cítricos muy agradables. Es un espumoso ideal para brindar en familia porque sirve a cualquier edad. La botella tiene un precio de 6 euros.
Doce de Casal de Armán
No mucha gente sabe que las bodegas Casal de Armán hacen un vino dulce, que conquista a quien lo prueba. Se llama Armán Doce y lo consiguen con el prensado de la uva de una selección de racimos que congelan a -20 grados. La cosecha es del valle del Avia, en San Andrés (Ribadavia), y la mezclan con otras uvas moscatel. La botella cuesta 27 euros y es un espirituoso pensado para disfrutar con el postre y para beber en raciones muy pequeñas.
Chocolate Chaparro
Si algo tienen claro en común en la mayoría de celebraciones de Fin de Año, sea en la familia que sea, es que acaban tarde. Por eso nunca está de más aparecer con una, o varias, tabletas de chocolate Chaparro que serán el tesoro mejor guardado ya bien entrada la madrugada, y acrecentadas las ganas de degustar un cacao a la taza. Elaborado desde 1850 en Ourense, en Quintela de Canedo, desde enero se produce en Salvaterra de Miño (Pontevedra), aunque siguiendo la receta ourensana. En la ciudad puede comprarse en un buen puñado de tiendas de ultramarinos como Ofreise o el Gran Colmado, en la plaza de Abastos.