Ellos cambiaron la gran ciudad por una casa en ruinas en una aldea de Xinzo

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Elisa y Alejandro en la Casa do Mosteiro en Trandeiras, Xinzo
Elisa y Alejandro en la Casa do Mosteiro en Trandeiras, Xinzo Santi M. Amil

Alejandro Rodríguez y Elisa María Mostaza abrieron en el 2016 Casa do Mosteiro, en Trandeiras, que participa en el Otoño Gastronómico

25 nov 2022 . Actualizado a las 17:25 h.

El Otoño Gastronómico es una iniciativa que supone la oportunidad para desconectar, descansar y disfrutar del turismo y de la comida del interior de Galicia. En ella participan distintas casas rurales que ofrecen menús degustación a base de los productos de cada zona. También las hay que tienen el paquete de comida más alojamiento; otras que proponen pasar todo el fin de semana; y las que tienen la modalidad Plus, con actividades complementarias como paseos a caballo, descenso en canoa, senderismo o visitas culturales. Este año el Otoño Gastronómico, que patrocina Turismo de Galicia, celebra su edición número dieciséis, en la que participan más de setenta establecimientos. Un total de 17 están salpicados por la provincia de Ourense.

De una ruina a un hogar

El coruñés Alejandro Rodríguez, de 47 años, y la vallisoletana Elisa María Mostaza, de 45, compraron un terreno con una casa en ruinas en la pequeña aldea de Trandeiras, en Xinzo de Limia, allá por el 2013. Tres años más tarde habían conseguido reconstruirla y reformarla por completo, convirtiéndola en lo que es hoy, la Casa do Mosteiro, un establecimiento rural con todas las comodidades, como suelo radiante o aislamiento térmico y acústico. «No teníamos ninguna relación con esta zona y ahora la que tenemos es esta, nuestro negocio y hogar», explica Alejandro. «Llevábamos años dándole vueltas a la idea de comprarnos una casita y mudarnos al rural», confiesa. Ya habían vivido en A Coruña, en Valladolid y en la última etapa estaban en Barcelona, ciudad que cambiaron por Xinzo. Alejandro trabajaba para una empresa grande y Elisa en una gestoría. «Estábamos cansados de la gran ciudad. De hecho dedicábamos nuestras vacaciones a buscar la casa. Viajábamos por España para encontrar la adecuada. Visitamos una en Soria, otra en Asturias, en El Bierzo, en Muros... y al final vimos aquí esta y nos llamó muchísimo la atención. Tenía el monasterio de Bon Xesús al lado y eso nos hizo pensar en que sería perfecta como casa de turismo rural», recuerda. Así fue. «Desde la primera semana que abrimos la puerta esto estuvo lleno. La verdad es que fue una gran inversión económica, de esfuerzo y de tiempo, pero nos encanta. Básicamente compramos unos muros e hicimos una rehabilitación total y absoluta», confiesa. «Son mundos distintos», resume. Afirma que repetirían el cambio una y mil veces. 

No es la primera vez que la pareja participa con Casa do Mosteiro en el Otoño Gastronómico y de hecho lo hace con una sola propuesta: la de fin de semana. Incluye dos menús degustación por persona y alojamiento y desayunos para las noches de viernes y sábado. El precio total es de 220 euros. «Preferimos que la experiencia fuese completa y de la otra manera, poniendo la opción de menú solo, no nos sale rentable», explica Alejandro. Entre la degustación culinaria que han preparado hay elaboraciones tan gallegas como la empanada, el pulpo á feira, el jamón asado o el membrillo con queso de Arzúa. «Este ultimo fin de semana estuvo lleno y de aquí hasta el 18 de diciembre —que acaba la promoción— vamos teniendo reservas así que estamos contentos», afirma Alejandro.

«Por suerte, hemos estado abiertos desde la pandemia y poco a poco pudimos reponernos. Varios de nuestros clientes venían por temas del AVE y por eso aquí han estado alojados desde trabajadores de Australia hasta de China», admite. Ahora esos mismos podrán repetir experiencia y disfrutar de ese paquete enfocado al turismo de interior.

Joan, en la Aldea de Couso
Joan, en la Aldea de Couso Santi M. Amil

Otra de las casas que participan en el Otoño Gastronómico es Aldea de Couso en Sarreaus. Allí proponen dos opciones a sus visitantes. Pueden tomarse el menú degustación del otoño solo o combinarlo con una noche en su hotel. Lo primero tiene un precio de 35 euros por persona y lo segundo cuesta sobre 140 euros, el paquete en pareja. «Es una oportunidad muy completa porque la gente viene y además de conocer este lugar maravilloso, puede alojarse y degustar una variedad de menús hechos a base de productos gallegos», explica Joan de los Santos, gerente de esta casa rural de Sarreaus. «Funciona muy bien, sobre todo los fines de semana, siempre hay alguien que se viene a disfrutar del Otoño Gastronómico tanto en familia, como con amigos o en pareja. Incluso aprovechan para celebrar un cumpleaños o algo por el estilo», afirma el hostelero. De su menú destaca el chuletón de ternera gallega.

«Esta iniciativa es muy buena publicidad. Hay muchísima gente que nos conoce gracias a ella, que llega hasta nosotros y aprovecha para descubrir esta parte del rural», termina. La casa rural, que cuenta con 21 habitaciones, cierra solo durante quince días al año, que coinciden con las fechas más señaladas de la época navideña, justo al terminar el Otoño Gastronómico, que dura hasta el 18 de diciembre.