Ya lo había dicho antes, pero el día en que tomó posesión como alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome tampoco tuvo reparos en definirse a sí mismo como un procrastinador, es decir, como una persona que tiene a diferir o aplazar las cosas. A juzgar por el escaso o nulo cumplimiento de muchas de sus promesas a lo largo de estos años, no mentía. Un ejemplo claro de ello es el sistema informático de control horario. Era algo que venía reclamando desde que estaba en la oposición y que prometió implantar el 18 de junio del año 2019, solo un par de días después de asumir el cargo. El caso es que han tenido que pasar casi tres años y medio para que la solución haya sido implementada.
Llama la atención, sin embargo, la previsión que Jácome está demostrando a la hora de organizar el próximo entroido. El alcalde ha convertido las fiestas en una de sus prioridades de gestión y ya ha empezado a contratar a charangas para el carnaval, que no se celebra hasta mediados del mes de febrero del año que viene. También ha aprobado el gasto para que haya dromedarios en la cabalgata de los Reyes Magos y renos en el desfile del Papá Noel. Todo un despliegue perfectamente medido por el gobierno municipal, como el apoyo que en los últimos meses se está dando desde el Ayuntamiento para la organización de las fiestas de los barrios. Ayer mismo Jácome anunció que pagará una orquesta para las de Mariñamansa y, con toda probabilidad, volverá a subirse al escenario antes de la verbena para pronunciar un discurso.
En mayo veremos si tanta fiesta se traduce en votos.