Un fiscal de Ourense sobre un acusado de acosar a una mujer: «Ella tuvo que cambiar su modo de vida»
OURENSE
La abogada de la víctima dice que es un «maltratador de libro» y la defensa cuestiona que la mujer haga vida normal
05 may 2023 . Actualizado a las 16:07 h.Siete meses después de que se señalara por primer vez, este jueves quedó visto para sentencia en la sala de vistas del Juzgado de lo Penal 1 de la capital ourensana el juicio contra un hombre al que se acusa de haber acosado a una mujer, intentando que retirara la denuncia que ella había puesto en su contra tras una convivencia marcada por el maltrato. Fiscalía y acusación particular piden condenas de prisión que van desde los tres hasta los siete años, si bien la defensa solicita la libre absolución.
Distintas posturas sobre un controvertido asunto con flecos que ya han sido objeto de juicio en anteriores ocasiones. Sobre el acusado, de hecho, pesan dos condenas por incumplir medidas de alejamiento hacia la misma víctima que, en este caso, lo acusa de acosarla con mensajes y llamadas —se habrían registrado más de cien en un solo día— con los que trataba de que ella retirara la denuncia por maltrato que había presentado. Además tanto la acusación particular como la Fiscalía creen que el investigado, «con su plan de atosigar» insistió con los mensajes, quebrantó varias veces la orden de alejamiento que se le impuso e incluso «llegó a cambiar su domicilio [...] sabiendo de antemano que la víctima tenía en dicha localidad, Muíños, una vivienda».
Y aunque el ministerio público no entra en esos cargos, la denunciante sostiene además que durante la relación sentimental el acusado la sometió a una situación de maltrato habitual, físico y psicológico. «La ha golpeado en diversas ocasiones llegando a causarle lesiones físicas, la ha amenazado para que no pudiese pedir auxilio y ha tenido un absoluto dominio y control de su persona», sostiene en su informe la letrada de la acusación particular, que durante la vista celebrada este jueves señaló al acusado como un «maltratador de libro».
La «revictimización»
Así, describió a Jonathan D. R., que se colegió como abogado y fue presidente de una oenegé, como un hombre «celoso, controlador y dominador» que acostumbraba a mirar el móvil de la chica para corroborar que las cosas que le decía eran ciertas. La letrada también se refirió en su informe a la «revictimización» de su clienta, ya que parte de los hechos que se enjuician ahora tuvieron lugar después de que ella diera el paso de denunciar malos tratos, señalando que desde entonces ha tenido que acudir al juzgado en muchísimas ocasiones. «Este hombre tiene ya varias condenas y sigue aquí», aseguró la letrada, advirtiendo que su clienta llegó a tener el síndrome de Estocolmo por el maltrato psíquico al que se vio sometida, y que le ha provocado secuelas.
«La víctima estaba constantemente sintiendo la presión del acusado, se vio obligada a cambiar su modo de vida», aseguró el fiscal, que ve probado que el investigado «ha realizado múltiples actos para acosarla». Esta parte considera también que hay evidencias suficientes para demostrar que trató de obligarla a la que retirase la denuncia.
Una representación teatral
El escenario que dibujó la defensa nada tiene que ver, sin embargo, con estos planteamientos. La abogada del investigado empezó su informe asegurando que las intervenciones del «binomio acusador» habían sido una representación teatral y trató de darle la vuelta al asunto. «¿Por qué iba ella a Muíños si sabía que Jonathan iba a estar ahí?», planteó la letrada tras cuestionar la credibilidad de las mujeres que denuncian violencia de género, que previamente había amparado el fiscal. «¿Si es verdad que no mienten, para qué estamos aquí?», dijo.
En opinión de la profesional no hay pruebas de cargo para condenar, asegurando que la denunciante no ha dicho la verdad y cuestionando que, como asegura, tenga miedo de su cliente. Mencionó, para apoyar esta tesis, que en la sesión anterior del juicio la mujer se hubiese quedado en una cafetería cerca del juzgado tras haber prestado declaración, en lugar de irse y alejarse del acusado, que tiene una orden de alejamiento de ella. «Eso no es propio de alguien que tiene miedo», aseguró.