Manuel Rivero: «Se te colocas retos altos e usas todas as túas capacidades, flúes na vida»

Maite Rodríguez Vázquez
maite rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

El escritor e investigador Manuel Rivero Pérez, ante la capilla de san Andrés, en su aldea natal de Vilela (Bande).
El escritor e investigador Manuel Rivero Pérez, ante la capilla de san Andrés, en su aldea natal de Vilela (Bande). ALEJANDRO CAMBA

Fue responsable de formación en un gran banco y escribe ensayos sobre la Baixa Limia

22 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel Rivero vuelve al lugar donde nació: la aldea de Vilela, en Bande. La villa está celebrando las fiestas del san Roque y la familia se reencuentra para festejar. El investigador y escritor —autor de A maldición do encoro, un estudio profundo y documentado sobre la tragedia que supuso la construcción del embalse de As Conchas en 1949— vive en Ferrol, pero mantiene el vínculo con sus raíces, que le siguen inspirando y estimulando. El objetivo de sus estudios sobre Baixa Limia es dejar un legado que se pueda consultar, una investigación sobre hechos o personas al margen de las ideologías. Ahora ultima la publicación de un libro revelador con el epistolario del periodista y escritor banduense Eugenio Montes.

Esta labor investigadora es el complemento a una multifacética vida laboral, como funcionario y en la empresa privada, que finalizó por voluntad propia con su prejubilación a los 52 años. Experto en formación y coaching, Manuel Rivero impartió numerosos talleres y cursos de liderato y asesoró a empresas. Tiene claro que hay que poseer siempre una meta en la vida y trabajar para conseguir el equilibrio. «Á hora de establecer metas, hai que ter claro que o reto ten que ser alto e tes que poñer en práctica todas as túas capacidades e competencias; así sae algo máxico e flúes na vida. Se poño metas altas, pero non hai recursos, aparece o estrés, e se non usas as túas capacidades por poñer un reto baixo, abúrreste. As persoas felices e realizadas son as que están equilibradas na súa vida social, laboral e familiar; teñen tempo para todo e non se cansan», expone.

El recorrido de su propia vida puede ser un ejemplo de ello. Después de una infancia feliz en Vilela, donde se crio como un niño muy querido aunque los recursos materiales eran escasos, a los 18 años, Rivero aprobó una oposición de Correos, con un buen número, y obtuvo su plaza de funcionario en la ciudad departamental. Había destacado en la escuela primaria, pero su familia, humilde, no tenía medios para darle más estudios. «Éramos pobres, pero ricos en valores. Miña nai morreu cando eu tiña 11 ou 12 anos. Tiña que ir buscar auga á fonte, leña e ir coas vacas antes de ir correndo á escola, pero fun un neno feliz porque fun criado con moito cariño», recuerda. Aprobó, por libre, el graduado escolar para presentarse a la oposición y nunca dejó de formarse. Se licenció en Psicología, Sociología, Ciencias Políticas y Antropología, por la UNED, además de como Graduado Social (USC) y realizó másteres en finanzas y recursos humanos. «Nunca pedín nada, nin como funcionario nin na empresa privada», observa. Empezó como ordenanza en Correos, luego auxiliar y llegó a ser director provincial y responsable de formación en el noroeste del BBVA. El banco lo seleccionó para realizar un costoso y exclusivo máster en una renombrada escuela de negocios. En la madurez de su vida profesional y, tras el recibir el duro golpe de la muerte de su querida esposa Tere, Manuel Rivero decidió dar un giro a su vida. «Aínda podía serlle rendible a empresa, pero non tiña grandes ambicións económicas e decidín cambiar», cuenta.

Mientras ejercía puestos directivos, había comenzado a estudiar el proceso de construcción del embalse de As Conchas y el desarraigo y sufrimiento que supuso para los residentes en O Baño o Porto Quintela. Fue el germen de A maldición do encoro, un tratado publicado por la Diputación de Ourense que recoge la memoria oral, ya perdida, y los documentos de las expropiaciones y de la obra de la presa que se guardaban en un altillo de la Confederación Hidrográfica del Norte en Oviedo. «Que falen os documentos. Eu quería deixar un legado, o meu territorio merece que lle devolva algo do que el me deu», enfatiza. También considera importante «coller algo do entorno e aprender a escoitar os silencios, dan moita información de por onde ir».

«Eugenio Montes tiña unha mente privilexiada e foi unha boa persoa»

Documentos, en este caso cartas, son el cuerpo que sustenta el último trabajo de Manuel Rivero, que se dedicó a visitar una veintena de archivos para conocer la obra y figura de Eugenio Montes (1900-1982). Considera que el intelectual de Bande tiene una primera etapa como literato en gallego, en los años veinte del siglo pasado, que debe ser reivindicada por su calidad. Más allá de ser conocido por su vinculación con la Falange Española y de su amistad con José Antonio Primo de Rivera, Dalí o García Lorca, Montes, dice, fue una «mente privilexiada e unha boa persoa». En Montes, a través dos documentos, las cartas que escribió a favor de Otero Pedrayo, Risco, Augusto Assía o Sánchez Mazas reflejan, según Rivero, cómo les ayudó cuando estaban represaliados por el régimen franquista.

El hijo de Manuel, Pedro, experto en ciencias de los materiales, le acompaña con sus dos nietos en este regreso a Bande. «A vida é un búmerang, do que dás vas recibir», resume Rivero, comentando otro de sus libros, De Roncesvalles a Compostela, una historia de liderazgo y valores en el Camino de Santiago.

Su rincón.

Quién es.Nació en Vilela, Bande, en 1953. Fue funcionario de Correos y trabajó en áreas comerciales, ejecutivas y de formación en el BBVA. Investigador, sociólogo, formador y «coach».

A qué se dedica. Está jubilado y a punto de publicar un libro sobre Eugenio Montes.

Su rincón. La capilla de San Andrés, en Vilela. Enclavada en el camino natural y jacobeo de San Rosendo.