La Voz
Este domingo fallecía, a los 52 años, la ourensana Cristina Mariño, hija del diseñador Roberto Verino. Estaba llamada a continuar con el legado de la firma de moda creada por su padre hace ahora cuatro décadas. El pasado agosto se escenificaba el relevo en la compañía con la presentación de una colección sobre el Camino de Santiago en la que ella consideraba una segunda casa, Gargalo, la bodega creada por Verino en la comarca de Monterrei. Cristina se convertía en directora de marca, aunque el diseñador aseguraba entonces que el hecho de que su hija pasara a primera línea no significaba que él diese un paso atrás, puesto que su intención era —y así lo ha mantenido en este tiempo— seguir liderando el proceso creativo, mientras otra mujer, Dora Casal, asumía la dirección ejecutiva. Ellos seguirán al frente de la compañía en estos momentos de dolor y pérdida.