Un verinense en los estadios italianos

OURENSE

Pablo Pérez, en Brescia
Pablo Pérez, en Brescia CEDIDA

El central que brilló en la cantera céltica va por su tercera campaña en el extranjero

26 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A Pablo Pérez Blanco, verinense él, lo recordamos en aquella final de la Copa de Campeones juvenil que el Celta que perdió en Balaídos, contra el Sevilla y ante más de 5.000 espectadores. Era lateral derecho, porque «en Vigo ya tenían a David Goldar y David Costas, pero en realidad me habían fichado como central y seguí jugando siempre en el eje de la defensa». Como otros muchos comprobó que lo de llegar a la élite del balompié no era nada fácil, pese a que en las rondas anteriores, había participado en la goleada 4-1 de aquella generación liderada por Santi Mina, frente al Real Madrid de Raúl de Tomás.

Con todo, un joven Pablo jugó cinco campañas en la Segunda B —entonces categoría de bronce nacional—, con algún paréntesis en Tercera, antes de hacer las maletas en dirección a Italia: «Aquí —sigue en el país transalpino— estaba mi novia. Es de Verín como yo, pero trabaja en la sede central de Benetton, en Treviso. Mi primer equipo en Italia fue el Gravina, en Puglia, en el tacón de la bota —referencia al mapa— y después he ido tirando para el norte».

La Serie D italiana ha sido el hábitat futbolístico de Pérez Blanco en los últimos años, al tiempo que conocía un país al que no le costó aclimatarse: «La vida aquí tiene muchas similitudes con la de España y eso que yo vine justo cuando empezó todo lo del covid, tras suspenderse la temporada que estuve en el Marino de Luanco. Tienen un carácter muy parecido al nuestro y, aunque aquí comen mucha más pasta, la alimentación también es muy parecida».

A nivel deportivo pudo comprobar también las conocidas diferencias norte - sur: «Hay que recordar que aquí la mayoría de los equipos profesionales y de máxima categoría están en el norte, por lo que en ligas como las de la Serie D —nueve grupos—, los estadios son más grandes, hay más gente y más pasión en los partidos. En el norte hay menor seguimiento a estas categorías, es todo más frío».

Lo que no quiere decir que sea menos exigente, porque el salto a la Serie C es importante, ya solo hay tres grupos, en busca de las plazas entre los cuarenta mejores del país, en las Series A y B. Pablo recuerda que «llegué al Breno, en Brescia, con grandes expectativas y ahora me acerqué al Véneto con el Campodarsego, porque tienen un proyecto muy ambicioso y se quedaron a un paso del ascenso el año anterior, a ver que tal nos va».

Reconoce que siempre que puede hace una escapada a Galicia para visitar a su familia en Verín y sigue en la distancia al equipo en el que dio sus primeras patadas: «Sé que este año están haciendo una plantilla para volver a Tercera, estoy muy pendiente desde aquí». Por su parte, trabaja a un ritmo profesional, a las órdenes de Cristiano Masitto, uno de los técnicos emergentes en la categoría: «El nivel es similar al que hay en España, con equipos técnicos muy amplios y en instalaciones realmente buenas. Mi nuevo club tiene una un campo de hierba natural y otro sintético para desarrollar toda la preparación».

La pasada semana comenzó la pretemporada para Pablo Pérez, que se ha instalado en Campodarsego, cerca de Padua, conocida por su Basílica de San Antonio. El verinense está cómodo en esa región con la inigualable Venecia como centro neurálgico: «Tiene pinta de que nos quedaremos por aquí un tiempo, porque no nos va mal. Yo terminé mis estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, además de sacarme los cursos de entrenador de fútbol. Ya solo me falta el UEFA Pro. Quiero seguir en este mundillo». Hasta que vuelva a Ourense, ci vediamo, Pablo.

Campodarsego

La comuna, o municipio, de Campodarsego, muy cerca de la turística Padua y en plena región del Véneto, es el tercer destino de Pablo Pérez en Italia. Entre Verona y Venecia, el término municipal de más de 12.000 habitantes se sitúa en un triángulo al que llegan cada año miles de visitantes y cuenta además con un equipo de fútbol que el pasado curso se quedó a un paso del ascenso a Serie C, por lo que ese es ahora su gran desafío.

Entre el fútbol y las ciencias de la actividad física.

Trayectoria vital

Pablo Pérez Blanco (Verín, 1994) siempre tuvo claro que el deporte era algo más que una forma de ocupar su tiempo de ocio. El fútbol lo llevó a debutar en Tercera División muy pronto, en el equipo de su localidad natal y, de ahí, aún tuvo tiempo para dos campañas en el Celta de la División de Honor juvenil, con una de las generaciones más brillantes del club. Como sénior se estableció en Segunda B, en el propio filial céltico, Somozas, Arenas de Guecho, Palencia, Jumilla o Marino de Luanco, con un paréntesis en el Ourense CF en Tercera. Sin descuidar sus estudios de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, también se ha formado para convertirse en entrenador de fútbol, pendiente de acceder a la máxima titulación, mientras consolida su carrera en el fútbol italiano, donde ha pasado por las filas del Gravina al sur del país, el Breno en Brescia y, desde hace unos días, en el Campodarsego, un proyecto ambicioso en la Serie D, con el ascenso como meta.