Quienes gusten de las historias de pioneros y emprendedores conocerán quizás la de Ray Kroc, un vendedor de Illinois, nacido en 1902, que vio clara su oportunidad de negocio cuando conoció a los hermanos Dick y Mac.
Kroc ya tenía 52 años y no pudo resistirse a visitar el restaurante de San Bernardino (California) que le había comprado un elevado número de las batidoras que comercializaba. El secreto era comida rápida y simple, hamburguesas, patatas y bebidas. Ray convenció a los McDonald para unirse a ellos y expandirse con franquicias en todo el país. Llegó a liderar la empresa que fundó 1955 y solo tres años después ya vendía 100 millones de hamburguesas, mientras preparaba el desembarco a nivel mundial.
John Lee Hancock convirtió la historia de El Fundador (2016) en película, encomendándole el papel principal a Michael Keaton. Kroc, dirigió la multinacional hasta 1974 e incluso hasta su muerte, diez años después, siguió aportando ideas a su macroproyecto.
La historia me hace reflexionar sobre la importancia que una persona puede tener en cualquier propósito colectivo. El Arenteiro quería llegar al panorama del fútbol nacional y fue decisiva su apuesta por Fran Justo (32 años, mucho más joven que Ray). El mismo técnico había sembrado en el Ourense CF lo que era un camino prometedor y acertaron de lleno con Rubén Domínguez (35). Tampoco es mucho mayor Javi Rey (37), capaz de mantener el alto nivel del Barco, y la UD Ourense le dio el testigo a un jovencísimo (26 años) Jorge De Dios. No hace falta esperar a los 52, porque lo importante es creer en la línea del fundador.