El grupo de alimentación está presente en medio centenar de países
14 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La Zona Franca de Vigo y el Círculo de Empresarios de Galicia propiciaron ayer un encuentro en Ourense que sirvió para que responsables de tres grandes firmas reflexionaran en torno a sectores estratégicos, como son la alimentación y la automoción, y se refirieran, entre otras cuestiones, a los retos de la producción local, el valor de la empresa familiar o las consecuencias de la crisis energética. Con el delegado de la Zona Franca, David Regades, como moderador, el director general de Coren, Emilio Rial, hizo un repaso a las medidas tomadas por la cooperativa para afrontar los efectos del coronavirus y las dificultades del confinamiento. «Tuvimos la oportunidad de trabajar, pero también la obligación de hacerlo para abastecer a la población», explicó Rial, que aseguró que la forma de reaccionar a la pandemia demostró cuál es la manera ideal de trabajar en la empresa: «Es mejor anticiparse».
El responsable de Coren también se refirió a las dificultades derivadas de la invasión de Ucrania, país al que definió como «el granero de Europa». «Nosotros consumimos 60 millones de kilos de cereales al mes: trigo, cebada, maíz... Hay que tener en cuenta que la alimentación supone el 70 % del coste de producción del ganado. Así, antes de la invasión una tonelada de maíz costaba 180 euros; hoy cuesta 400 y ha tenido picos de 500», detalló Rial para explicar cómo el coste de alimentación de los animales, que tienen que garantizar, subió un 100 %. En estos momentos, explicó el director general de Coren, España vuelve a permitir, por la coyuntura mundial, importar cereal de Estados Unidos y Argentina. La cooperativa, por su parte, recurrió a Canadá y también a países europeos como Polonia, Lituania o Rumanía. «La preocupación ahora es en manos de quién va a quedar el mar Negro», aseguró en alusión a las consecuencias geopolíticas de la guerra.
Y aunque Coren importa cereal para alimentar al ganado, también exporta. Desde que llegó a Portugal en 1990 la lista de países a los que llega se ha incrementado notablemente. Son más de cincuenta. Así, venden sus productos frescos diariamente en Inglaterra, con las dificultades que eso supone, y también están en Alemania y Francia. Del mercado asiático destacó Japón —«fiable, serio y rentable»—, Corea del Sur, Indonesia y China. Respecto a este último país señaló que la peste africana abrió camino a la exportación de porcino, pero que la rápida recuperación de los chinos se ha saldado con un excedente en Europa. «Hay que buscar otros países», apuntilló. Coren, en concreto, exporta la mitad de la carne de cerdo que produce —sacrifican al año un millón de ejemplares—. Respecto a las aves, Rial explicó que China tiene taponado el mercado de importación, pero que se ha trasladado al gobierno central el interés por acceder a él. La cooperativa ourensana produce 55 millones de pollos al año.
Aceites Abril
De alimentación habló también en el marco de este foro promovido por la Zona Franca Elena Pérez Canal, responsable de exportación a Canadá y Estados Unidos de Aceites Abril. Recordó los primeros pasos del negocio familiar —en origen se dedicaban al vino— y cómo han logrado alcanzar hitos como ser el mayor proveedor de aceite de la industria conservera gallega. «Estamos incentivando la plantación de oliva, no directamente. Cada año hay más, aunque el minifundio es un problema. Solo un 1 % de nuestras ventas son de aceitunas de aquí pero creemos que debemos continuar en esa línea porque fijamos población, apostamos por el producto de proximidad y, de paso. creamos cortafuegos naturales».
Pero no solo se refirió al pasado Pérez Canal. También al futuro. Así, explicó que tienen previsto promover plantaciones de girasol y de canola (o colza, que se usa para piensos para ganado) para intentar no depender de otros países y porque el cambio climático ha permitido que ahora sí se pueda recurrir a estos cultivos en Galicia.
Pérez Rumbao
Otro sector fundamental sobre el que se habló en la sede de la CEO fue el de la automoción. Emilio Pérez Nieto, presidente de honor de Pérez Rumbao, que celebra este año su centenario, aseguró que hablar del vehículo eléctrico requiere hacerlo a medio y largo plazo. «Tecnológicamente falta tiempo para tener una única fuente de energía ecológica. Eso de que en el 2035 no habrá energía derivada del petróleo me parece muy precipitado. Europa se pegó un tiro en el pie porque no estaba preparada para una electrificación inmediata. Estamos obligando a la industria a transformarse e invertir millones de euros inmediatamente para adaptarse a las nuevas tecnologías y adaptar sus centros de producción. Y no era necesario hacerlo de hoy para mañana. Hay que acomodarse a los ritmos de la sociedad: no se puede ir por detrás, pero tampoco por delante».
No rehuyó Pérez Nieto, ante la pregunta de David Regades, cuál es la situación de la provincia de Ourense. Aunque advirtió: «Ni me lo sé, ni debería decirlo». Aún así, fue claro. «Ourense tiene que encontrar un objetivo a medio plazo. Alguna gente recordará que hubo un tiempo en el que las administraciones y los organizaciones estaban lideradas por gente que tenía la ambición de hacer una provincia diferente», afirmó antes de referirse, como ejemplo, a Eulogio Gómez Franqueira. «Faltan núcleos sociales que tiren por la provincia, un plan estratégico cívico y público. Y debemos preguntarnos qué queremos ser en el 2035».
La intervención de los representantes de las tres empresas ourensanas fue solo parte de una jornada en la que el delegado del Estado de la Zona Franca de Vigo, David Regades, tendió puentes y aprovechó para estrechar lazos. «Queremos detectar las claves para el desarrollo económico y empresarial de Galicia, impulsando sinergias», aseguró. El presidente del Círculo de Empresarios, Manuel Rodríguez; el delegado del gobierno, José Miñones; la presidenta de la CEO, Marisol Nóvoa; y el vicepresidente de la Diputación, César Fernández, también participaron en el encuentro.