Una familia solidaria y trabajadora

Miguel Ascón Belver
Miguel Ascón OURENSE / LA VOZ

OURENSE

José Caride posa con sus hijos Diego y David en la nave de la empresa en Sobrado (Coles).
José Caride posa con sus hijos Diego y David en la nave de la empresa en Sobrado (Coles). Santi M. Amil

Los Caride comparten empresa y acciones benéficas, la última, un viaje a Ucrania

21 jun 2022 . Actualizado a las 15:49 h.

Cuando hay que reparar un puente, renovar la fachada de un edificio o, en definitiva, cualquier trabajo en altura, la mejor solución es llamar a una empresa especializada. Una de las que más experiencia tiene en la materia en la provincia de Ourense es Hermanos Caride Trabajos Verticales, que además es una compañía familiar.

José Caride Iglesias puso en marcha la empresa hace dos décadas y, al poco tiempo, ya empezó a trabajar con él su hijo mayor, Diego, que ahora tiene 37 años. Previamente, el chico estuvo trabajando en la fábrica de un amigo de su padre. «Un día, con 16 anos, díxome que non quería estudar máis e que quería unha moto. E eu agradecino porque podía estar enganándome pero dixo a verdade. E estivo dous anos levantándose ás cinco da mañá para ir a traballar, aprendendo o que custa ter unha moto», explica.

Demostrada su responsabilidad en el trabajo, Diego se incorporó a la empresa familiar y más tarde lo hizo también David, que hoy tiene 30 años. «Cando tivo idade, para que vai ir para ningún lado se aquí ten un sitio?», recuerda su padre, que no oculta su orgullo por ambos hijos. Dice que trabajan como nadie y ellos responden asegurando que él es un gran jefe. «Temos moi bo roio, moita confianza. Somos amigos e contámonos as cousas», resume José Caride.

David trabaja subiéndose a las alturas, «botando a malla», como antes hacía también Diego. Así fue hasta que sufrió una grave lesión en el tobillo. Desde entonces se encarga de labores de oficina. Tras el accidente, tuvo que dejar también su gran pasión el kick boxing. Llegó a competir con la selección gallega y acabó enganchando a su hermano y a su padre, que siguen practicándolo. Además, la afición tiene relevo generacional porque la hija pequeña de Diego, Leyre, que tiene once años, ya entrena también. A su padre se le iluminan los ojos al hablar de ella.

Obras benéficas

No hay duda de que los Caride son muy familiares en todos los ámbitos de su vida. Además del trabajo y del kick boxing, comparten pasión por la escalada, los ralis y las motos, pero también por las obras benéficas. La última fue hace unos meses con un viaje a Ucrania. José Caride y su hijo David cogieron un furgón y viajaron 3.700 kilómetros hasta la frontera con Polonia. «Intentamos cruzar, pero non nos deixaron», recuerda el hijo, que asegura que «non é o mesmo que na televisión, é moi triste ver un campo de refuxiados en directo». Iban cargados de ropa de abrigo, comida para niños, alimentos no perecederos, botiquines, sacos de dormir, colchonetas y calzado de invierno.

Lo dejaron todo allí y, a la vuelta, la aventura se complicó con una avería en el embrague de la furgoneta que los dejó tirados en Praga durante tres días. Pero ni siquiera eso desanima a los Caride. «A idea é a de volver cando isto pare un pouco. Se antes había necesidades, agora haberá moitas máis», resume José, que también viaja con frecuencia a orfanatos de Marruecos para llevar ropa, material didáctico y alimentos. Además, durante la última gran ola de incendios recorrió los pueblos ofreciendo ayuda a los afectados y, por poner solo un ejemplo más, estuvo pagando durante dos años y medio el alquiler a una familia sin techo.

«Sáeme de dentro. Eu na xuventude fun un pouco rebelde e sei o que é non ter para comer ou para durmir. Creo que por iso agora valoro tanto o de axudar», dice José Caride. Tanto es así que, al terminar la entrevista con los tres y preguntarles si quieren añadir algo, este es su mensaje: «Se alguén ten unha necesidade e podemos botar unha mao, nós sempre estamos dispostos a axudar».

«Estar abertos a traballar sempre fóra foi o que nos salvou da crise grande do 2008»

La empresa Hermanos Caride empezó trabajando para comunidades de vecinos, pero desde hace unos años se han especializado en grandes infraestructuras y hoy en día trabajan para el ADIF (Administrador de Infraestructuras Ferroviarias) encargándose de los trabajos verticales relacionados con el mantenimiento de las vías, por ejemplo, asegurando las mallas de metal que cubren los taludes. Uno de los encargos más conocidos de los últimos tiempos fue el de la restauración del viaducto del tren sobre el río Miño en la capital ourensana. También trabajan en obras de carreteras y les ha contratado una empresa puntera del sector hostelero para las tareas de reparación y limpieza de las fachadas de los establecimientos que esa firma tiene repartidos por toda España.

Y eso, precisamente, «estar abertos a traballar sempre fóra, foi o que nos salvou da crise grande que houbo no 2008», explica José Caride. La empresa tiene actualmente 32 trabajadores y él espera que en el futuro pueda seguir creciendo. Pero, eso sí, con sus hijos siempre cerca.

¿Quiénes son?

EL PADRE

José Caride Iglesias. Responsable de la empresa Hermanos Caride, no quiere revelar su edad.

LOS HIJOS

Diego y David Caride Fernández. El primero tiene 37 años y el segundo, 30. Ambos trabajan en la empresa familiar, el primero dedicado a labores de oficina tras una lesión y el segundo se encarga personalmente los trabajos verticales.