Por aquellos hechos el acusado podría ser condenado a doce años de cárcel, ya que aunque la víctima accedió a mantener relaciones sexuales, las acusaciones sostienen que lo ocurrido debe ser objeto de un duro reproche penal al no tener ella la madurez intelectual suficiente para decidir con voluntad propia sobre ese tipo de acciones, sobre todo porque quien se lo propuso era una persona de mucha más edad y experiencia.
Habrá que ver qué ocurre con ambos casos y, por tanto, si se confirman o no las sospechas sobre un presunto depredador sexual para el que se piden no solo penas de cárcel, sino también medidas de alejamiento hacia las víctimas e indemnizaciones por daños morales.