Calentando motores para un rali (matemático) en Toulouse

Fina Ulloa
Fina Ulloa OURENSE

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Miguel Díaz Valeiras, Oliver Fernández Vázquez, Antía López Civeira, Edgar López López, Hugo Rodríguez Ochogavía, Alejandro Lage Soares, Rodrigo Salgado Dieguez y Noelia Soto Domínguez componen el equipo
Miguel Díaz Valeiras, Oliver Fernández Vázquez, Antía López Civeira, Edgar López López, Hugo Rodríguez Ochogavía, Alejandro Lage Soares, Rodrigo Salgado Dieguez y Noelia Soto Domínguez componen el equipo MIGUEL VILLAR

Ocho alumnos del IES Número 1 de O Carballiño participan en una competición internacional en la que el tiempo y el trabajo en equipo importa tanto como los conocimientos

09 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Tienen entre trece y catorce años y todos son alumnos de segundo curso de ESO del IES Número 1 de O Carballiño. Pero hasta ahí llegan las coincidencias de los ocho integrantes del equipo con el que este centro escolar se ha presentado al Rally Matemático sin Fronteras. Hugo sueña con ganarse la vida como futbolista o como profesor de educación física, Rodrigo se ve como un futuro informático, Alejandro quiere ser forense, Antía tiene claro que estudiará ingeniería aeroespacial, Noelia será aparejadora, a Edgar le gustaría trabajar como astrónomo informático, Oliver se dedicará a la veterinaria y Miguel quiere ser matemático. Es, por cierto, el único que apuesta por seguir con los números pese a que entre todos han logrado que el IES Número 1 de O Carballiño ganase la fase por centros y más tarde la final autonómica de ese rali matemático. Ese primer puesto los catapulta a la final internacional que se celebra en Toulouse el 12 de mayo, una cita que encaran con mucha ilusión y, más allá del resultado, con ganas de pasárselo bien. Es algo en lo que insisten ya que son conscientes de que lo que les espera en Francia es una competición contra muchos más rivales de las que han afrontado hasta el momento. Y es que, aunque más de uno confiesa que no pasó del 6 en el último examen de la materia escolar, todos cuentan que se divierten resolviendo problemas matemáticos. Mérito, según dicen, de su profesor Iván Martínez, que les ha acompañado en esta aventura. «Es genial», concuerdan. El maestro viajará con ellos a la final internacional, aunque en esta ocasión también les acompañará otra integrante del equipo docente de esta área, Isabel Álvarez. «La diferencia de esta competición con otras, como las típicas olimpiadas, es que aquí importa el tiempo de entrega del resultado y además no es una prueba individual, sino en equipo. Esto les obliga a estar muy compenetrados y saber organizarse», narra la profesora. Ella ya tiene experiencia en esta competición ya que participó en esa fase internacional en cuatro ocasiones anteriores con alumnos del IES Lauro Olmo de O Barco, donde estuvo dando clases antes de trasladarse a O Carballiño. 

El concurso consiste en plantear varios problemas (entre cinco y seis) de distintas áreas de la asignatura en los que los participantes ponen en juego desde la lógica a los conocimientos en geometría, cálculo o álgebra. «La clave es ver con rapidez en qué consiste cada problema, cuál es la temática, para repartirlo e ir trabajando, de dos en dos o de tres en tres, y luego hacer una puesta en común en la que, como cada uno es mejor en un área o en otra, puede tener la última palabra a la hora de decidir la versión que se entrega», narra la profesora. Y los ocho miembros del equipo carballiñés saben cuál es la fortaleza de cada compañero. Se conocen bien porque la mayoría ya participaron en la experiencia el pasado año (aunque sin tanta suerte como en esta edición), son compañeros de clase y, además, dedican tiempo extra, después del horario lectivo, a entrenarse. El objetivo no es solo afianzar conocimientos, sino también mejorar su ensamblaje como grupo, algo que saben que será fundamental en la final internacional en la que los tiempos de resolución de los problemas serán más cortos que en la fase autonómica. 

Mientras ellos se preparan para dejar bien alto el pabellón, el centro escolar busca recursos entre entidades y empresas que quieran colaborar para que la estancia en Francia no cueste dinero a los alumnos. La organización del concurso paga el transporte a la ciudad de Toulouse, pero hay que sufragar el resto de los gastos de los cuatro días que, con los viajes incluidos, se prolonga esta experiencia.