Los delitos de tráfico se duplican tras el covid en las carreteras de la provincia de Ourense

Marta Vázquez Fernández
M. Vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Control de alcoholemia realizado por agentes de la Guardia Civil de Tráfico en Ourense
Control de alcoholemia realizado por agentes de la Guardia Civil de Tráfico en Ourense MIGUEL VILLAR

En el año 2021 casi medio millar de conductores comparecieron ante un juez, el 80 % de ellos por alcoholemias

06 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se habla de delincuentes lo último que en lo que se piensa es, seguramente, en alguien al volante de un coche. Las infracciones se asocian generalmente a quienes roban, maltratan o cometen actos peores, pero los que incumplen las normas de tráfico de forma flagrante también pueden acabar sentándose ante un juez, recibiendo un reproche penal por el que pueden incluso acabar privados de libertad.

Y a pesar de que las distintas administraciones con competencias en la materia llevan años con campañas de concienciación, y aunque la vigilancia en las carreteras es constante, siguen siendo muchos los conductores que obvian las normas, superando el umbral que separa la sanción administrativa del delito contra la seguridad vial.

Así, tras un 2020 tranquilo en este ámbito a consecuencia de las limitaciones en los desplazamientos por carretera debido al covid, el ejercicio del 2021 se cerró con un preocupante repunte en las infracciones penales detectadas en las carreteras ourensanas. Tanto fue el incremento que la cifra se duplicó, a pesar de que durante algunos períodos del año se mantuvieron las restricciones de movimiento por la situación sanitaria. Así, se pasó de las 230 condenas firmadas por los distintos juzgados de la provincia en el año 2020, a las 469 constatadas entre los meses de enero y diciembre del 2021.

Excesos de velocidad que se consideran imprudentes porque superan demasiado las máximas permitidas, conducciones temerarias, o casos en los que la persona que va al volante tiene prohibido hacerlo, bien por no haber ido nunca a la autoescuela o porque se le ha retirado el permiso, se detectan casi a diario. Eso sí, la infracción por la que más conductores acaban sentados ante un juez es la alcoholemia.

Ponerse al volante de un coche después de haber bebido alcohol es siempre una conducta de riesgo, pero no en todas las ocasiones el infractor acaba siendo denunciado a la justicia. Se impone una sanción administrativa cuando la tasa de alcohol que detecta el etilómetro está entre 0,25 y 0,60 miligramos por litro de aire espirado. A partir de ahí, ya se considera infracción penal, y resulta que el año pasado alrededor del 80 % de las condenas a conductores ourensanos estuvieron originadas en este tipo de situaciones, de acuerdo con los datos de la jefatura provincial de Tráfico. Negarse a hacer el test, por cierto, también es delito.

¿Y cuáles son las consecuencias de cometer estos actos? El Código Penal da cierto margen a la hora de imponer las condenas. Para los excesos de velocidad o las alcoholemias, establece penas de prisión, con la alternativa de multa o realización de trabajos en beneficio de la comunidad. Salvo que haya reincidencia o alguna circunstancia que agrave el caso, los fiscales suelen procurar que el infractor se rasque el bolsillo o coopere en el desarrollo de actividades públicas, si presta su consentimiento. En uno u otro caso, hay que sumar la retirada del permiso de conducir. Y los antecedentes penales.

«La prisión es una medida que se reserva para los casos graves, aquellos en los que se detecta reincidencia y escasa eficacia de las medidas penales anteriores», apuntan fuentes judiciales, que constatan que hay conductores ourensanos encarcelados. Recientemente ha ingresado en prisión uno de 31 años que acumula seis condenas por circular sin permiso. Tras constatar que había hecho «caso omiso» a las sentencias previas, una jueza acordó privarlo de libertad durante nueve meses.

Dos motoristas, a juicio por ir a 169 kilómetros por hora en una zona de 70

Los dos motoristas que el pasado 20 de febrero fueron detectados por un radar de tráfico circulando a una velocidad excesiva en Bande tendrá que comparecer en próximas fechas ante la magistrada de ese juzgado. De momento, la Fiscalía de Ourense ya ha presentado los escritos de acusación, en los que les imputa a cada uno de ellos un delito contra la seguridad del tráfico por el que solicita el pago de una multa de 1.080 euros o la realización de 33 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Además, interesa esta parte que se les prive del permiso de conducir durante un año y un día. En los informes se da cuenta de que uno de ellos circulaba a 169 kilómetros por hora en un tramo de OU-540 en el que la velocidad está limitada a 70. El otro motorista también fue detectado por el radar, en su caso a una velocidad de 159 kilómetros/hora.