El entroido mañanero de Xinzo llenó la villa de música y parodias

Cándida Andaluz Corujo
C. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Vecinos y visitantes disfrutaron durante toda la jornada del espíritu festivo

26 feb 2022 . Actualizado a las 23:28 h.

A primera hora de la mañana empezaron a sonar las charangas por las calles de Xinzo de Limia y la música no paró hasta llegada la madrugada. El sábado de carnaval en la capital limiana es sinónimo de alegría y fiesta. El que no va disfrazado o el que no tiene sentido del humor se siente fuera de lugar, aunque es difícil pasear por sus calles y no acabar siendo prisionero del entusiasmo y la jarana.

El entroido mañanero de este sábado no fue uno cualquiera, había que recuperar el parón del año pasado. Así, la praza Maior y las calles adyacentes se fueron llenando, poco a poco pero sin pausa, de vecinos y visitantes. De grupos de amigos y familias enteras que buscaban un hueco donde poder charlar, bailar o simplemente disfrutar de la estampa.

En Xinzo no se trata solo de ir disfrazado, hay más cosas que dan sentido al entroido y que tienen que ver con su declaración como Fiesta de Interés Turístico Internacional. La puesta en escena, las parodias, son parte indisoluble de la fiesta. Así, mientras unos vecinos del barrio de Salamanca de Madrid gritaban «Borjamari vive, la lucha sigue», tres paisanos discutían, marco en mano, los lindes de sus tierras. No faltaron ni las Tanxugueiras ni Rigoberta Bandini. Tampoco los test covid. Los astronautas y los cazafantasmas imprimieron el espíritu yanqui. Y junto a ellos, legiones de todo tipo de animales de la selva: cebras, leones e hipopótamos de varios colores.

Varias charangas, a la vez, se encargaron de poner música en diferentes espacios del centro de la villa, algunas incluso desfilaron por diversas calles. Mientras, una tienda de disfraces de la avenida de Madrid despachaba a marchas forzadas a aquellos despistados que se acercaron a A Limia con lo puesto. Los de última hora. La alegría llegó también a las barras de los bares y cafeterías del centro.

Si no fuera suficiente con celebrar el sábado de entroido, Xinzo fue paso de la vuelta ciclista O Gran Camiño, meta volante. Así, sobre las dos de la tarde, la marabunta se concentró a ambos lados de la carretera. No hubo guardia civil, policía local o coche escoba que no fuera vitoreado, aclamado y ovacionado a su paso. Y ellos respondieron con humor y asombro ante tanta muestra de afecto. El paso de los ciclistas fue fugaz. Ni un minuto. Y el tumulto cesó para dar la espalda a la avenida y seguir la fiesta por las calles. Así, los del entroido mañanero dieron el relevo y la fiesta siguió durante toda la tarde y llegada la madrugada.