Ningún alcalde carballiñés acudió en 13 años a reuniones del patronato del asilo

Cándida Andaluz Corujo
c. andaluz OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Miguel Villar

Francisco Fumega subrayó que el futuro de la residencia está garantizado

27 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La marcha de las Siervas de Jesús del asilo de O Carballiño, gestionado por la Fundación Hermanos Prieto, por su avanzada edad, no solo dejó a esta institución sin la presencia de una parte esencial, las monjas, sino que ha puesto sobre la mesa el debate sobre su funcionamiento. Más en concreto, el papel del alcalde de O Carballiño, uno de los tres miembros de patronato, junto al obispo de Ourense y al arcipreste. La oposición carballiñesa (PP, Espazo en Común y BNG) presentó tres mociones similares con el objetivo de conocer no solo la situación en la que se encuentra la institución, sino el papel que el alcalde de turno ha tenido en su gestión a lo largo de los últimos años. Porque uno de los deberes del regidor dentro del patronato es administrar los bienes y derechos del patrimonio de la fundación. Y saltaron las alarmas.

El alcalde, Francisco Fumega, explicó que en el 2018 tuvo su primera reunión y que en ese momento se dio de baja a Pachi Vázquez como miembro del patronato. La oposición se preguntó qué pasó durante los años del mandato de Carlos Montes (2005-2011), Argimiro Marnotes (2011-2015) y Francisco Fumega, hasta ese 2018. No hubo respuesta. El actual regidor afirmó que no hubo ningún tipo de convocatoria de reunión de los miembros del patronato que, al menos, deben hacerlo una vez al año. Tampoco presentó el regidor el estatuto que lo rige para que los miembros de la oposición supieran claramente el papel que tiene el alcalde. En definitiva, la comparecencia y explicaciones del regidor dejaron todavía más dudas.

Otro de los aspectos que se trataron fue el de los bienes patrimoniales de la fundación. Francisco Fumega explicó que el asilo se gestiona gracias a las rentas de tres viviendas en Madrid, una de ellas en la calle Serrano, y de dos bajos que actualmente ocupan una librería y una cafetería. El alcalde señaló que estos inmuebles no han sido reformados en los últimos años, por lo que necesitan obras importantes que tendrán que pagarse con los fondos existentes. «O sustento destas edificacións é agora un problema serio», dijo. Pero no habló de más bienes patrimoniales.

En este sentido, el exalcalde Pachi Vázquez, de Espazo en Común, recordó que a una de las reuniones a las que él acudió como regidor se dio cuenta de la donación de dos pisos y 30 millones de pesetas por parte de un vecino de la villa. «Con isto quero dicir que o capital patrimonial é moi grande. E foi doado ó padroado ¿que pasou con isto?», se preguntó. «Venderíase», contestó el alcalde. Esta inconcreción no solo en la función del alcalde sino en la gestión del asilo llevó a todos los grupos (PSOE, PP, Espazo en Común y BNG) a convocar una reunión de portavoces para que el regidor pueda recabar información y trasladar la realidad a los vecinos de la villa, que sienten como suyo el asilo. No en vano, la totalidad de los residentes son de O Carballiño, muchos de ellos sin los recursos necesarios para poder pagar una residencia. La oposición solicitó una auditoría y Fumega recordó que al tratarse de una institución privada hay datos que no se pueden hacer públicos. Al margen del debate, el alcalde alabó el trabajo que se realiza en el asilo, al igual que el resto de los miembros de la corporación, destacando su función benefactora para aquellos vecinos de la villa que no pueden pagar una plaza.

«O Concello asume como seu obxectivo manter vivo o legado de Irmáns Prieto. O futuro do asilo está garantido», afirmó Francisco Fumega, para despejar cualquier duda sobre la posibilidad de que la residencia pueda cambiar de manos. Señaló que trasladará al obispo de Ourense la posibilidad de que el patronato pueda estar compuesto por más colectivos.

Por su parte, un grupo de 43 trabajadores de la residencia Hermanos Prieto hicieron llegar al Concello un escrito en el que defienden su trabajo y la integridad de la institución de la que forman parte.