Dos de cada diez trabajadores tienen concedido el trabajo en remoto, con una fórmula que garantiza que las oficinas siempre estén atendidas
24 ene 2022 . Actualizado a las 10:23 h.
Son las doce del mediodía del viernes y en el Juzgado de Primera Instancia 4 de Ourense casi todas las mesas están vacías. Dos funcionarias trabajan en sus puestos mientras la secretaria atiende la ventanilla, pero la oficina no deja de parecer desierta y uno podría pensar en el cliché tan manido de «la hora del café». Nada más lejos de la realidad. Los funcionarios que no están en sus mesas están cumpliendo con sus cometidos desde casa, porque en esta sede el 100 % de los funcionarios tiene concedido el teletrabajo. Es un caso peculiar el de esta sede ya que no hay muchas otras con tanto personal trabajando desde casa, pero evidencia el repunte que ha vivido el teletrabajo en el sector de la justicia desde el inicio de la pandemia. «En este juzgado fuimos pioneros en Galicia, un poco como los conejillos de indias», cuenta la letrada de administración de justicia, Paula Andrea Arango Campuzano, que recuerda que tras la Semana Santa del 2020, pocas semanas después de que se decretara el confinamiento, todo el personal estaba operativo en remoto. «Yo tenía autorizada desde antes esta opción y también la magistrada, pero pronto los funcionarios empezaron a preguntar si podrían ponerse a trabajar desde casa, y se lo pedimos a todos. Y así estuvimos», asegura la letrada, que advierte que los funcionarios han tenido que poner mucho de su parte. «A mí me han facilitado un ordenador, pero ellos trabajan con su equipo; la Xunta no les ha dado medios técnicos», señala. «Todos los funcionarios, somos diez, teníamos el teletrabajo desde entonces, y a la gente que se va incorporando se le sigue ofreciendo. La verdad es que la mayoría accede a él», explica.
¿Y cómo se organizan para que el juzgado esté siempre atendido presencialmente? «Se alternan; vienen día sí y día no», aclara la letrada, que solo ve ventajas a esta modalidad y considera que, ahora, la sede es igual o incluso mas productiva que antes, pero además hay mejor ambiente laboral. «Yo creo que ellos trabajan mucho más cuando están en casa», asegura.
Le da la razón Sonia Gómez, funcionaria. «Estoy encantada; yo en casa avanzo mucho más que aquí porque allí no tengo que atender al teléfono ni al público que viene a la ventanilla. Todo el tiempo es para tramitar expedientes. En un día en casa trabajo como dos jornadas en la oficina, rindo el doble», asegura. «Hay semanas que teletrabajo dos días y otras tres», cuenta la profesional, que lleva ya más de un año con esta modalidad. «Cuando empecé con el teletrabajo estaba en O Porriño, y yo vivo en Xinzo de Limia, así que esta posibilidad me facilitaba no tener que hacer el desplazamiento uno o dos días a la semana, y para mí era muy beneficioso. Al principio no sabía como iba a ser, pero la verdad es que todo es positivo, no le veo nada negativo», admite. Tampoco tuvo mayores complicaciones a la hora de solicitarlo a la Xunta. «Mientras el juzgado esté cubierto, son todo facilidades. Se trabaja más, con menos estrés, y además puedes conciliar. No le veo nada negativo», apostilla.