Chechu Jiménez: «Faltan médicos, siguen faltando, en atención primaria y en los hospitales»

xosé manoel rodríguez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Santi M. Amil

El presidente del Colexio de Médicos de Ourense afirma que la agenda de los sanitarios «se ha multiplicado con la pandemia»

23 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

A José Luis Jiménez Martínez (Logroño, 1957) la pandemia lo ha mantenido más que ocupado. Se ha significado desde el primer momento cuando se ha requerido su opinión y reconoce que en algunos casos los acontecimientos le han hecho variar de criterio. Rechaza polémicas innecesarias y reitera que la nueva ola será la de los problemas de salud mental derivados de lo que está ocurriendo —«ya se están registrando»—. A lo largo de su dilatada trayectoria profesional ha ejercido diferentes cargos, entre ellos el de gerente del CHUO, y desde el año 2014 preside el Colexio de Médicos de Ourense. El internista vaticina una convivencia con el virus en el horizonte próximo e incide, como representante del órgano que aglutina a los médicos, en las carencias que sigue arrastrando la sanidad ourensana.

—¿Dos años después cómo valora la situación?

—Nos enfrentamos a una epidemia mundial que se gestionó con grandes dificultades por la falta de conocimiento sobre la enfermedad. Mirándolo en perspectiva está claro que, tanto a nivel estatal como gallego y ourensano, se ha hecho lo que se podía hacer y la gestión ha sido correcta y válida.

—¿El camino ha sido el adecuado?

—Las cosas siempre se pueden hacer mejor, pero se ha ido actuando bien y en función del escenario que se fue generando en cada momento. Y el tiempo ha demostrado que la opción covid cero, que yo defendí, no era viable. Países como Australia o China la aplicaron pero aquí, por nuestras características y comportamiento, sería un problema a nivel económico y sociosanitario.

—¿Permanencia y salud mental serán las consecuencias?

—Sin duda. Tendremos que aprender a convivir con este virus —no sabemos cómo va a evolucionar y la incertidumbre siempre está ahí— y la problemática en salud mental ya hace tiempo que es un hecho constatable.

—Que se movilicen los médicos jubilados es un gesto loable, aunque con un componente preocupante. ¿Vivimos en una situación tan vulnerable que la solución pasa por la solidaridad?

—Hay profesionales que están colaborando desde el principio de forma voluntaria y estos compañeros se han sumado ahora porque quieren ayudar. El problema radica en el sistema: se jubiló con agosticidio y por obligación a profesionales muy válidos por el simple hecho de tener 65 años. Muchos estaban en su mejor momento y ahora se está demostrando que el sistema falló y que hay que barajar más criterios que la edad. Fue un error clarísimo cargarse a profesionales como la copa de un pino. Y lo estamos pagando.

—Ha denunciado reiteradamente la situación de atención primaria. ¿Covid, presión asistencial y envejecimiento poblacional agravan el panorama?

—Como en el caso de los PAC no es posible mantener el mismo sistema, el modelo está obsoleto y superado. Hay una presión excesiva —a la que se suma la burocracia, la falta de personal y la necesidad de cubrir bajas o vacaciones— y no hay tiempo para lo verdaderamente importante: sentarse lo que se necesite con el paciente para garantizarle la mejor atención posible.

—El colegio presentó en su día una alternativa para que los médicos pudiesen gestionar su agenda. ¿Dio resultado?

—No. Es lo de siempre. Se crearon grupos de trabajo, se aplicó algo —mínimo y testimonial— y el resto sigue guardado en un cajón de la Consellería de Sanidade. La agenda de los médicos de primaria es infinita y se ha multiplicado con la pandemia. Hay que sentarse y valorar qué ocurre: por qué tenemos la presión asistencial multiplicada por no sé cuanto —en relación a hace 30 años— con la misma o menor población. Y ver qué requiere consulta presencial o que aspectos se pueden derivar a otras instancias.

—¿Sigue habiendo plazas con problemas para cubrir?

—Sí. La problemática la tenemos sobre todo en el oriente ourensano y Valdeorras. También en los hospitales porque hay médicos que quieren venir, aquí mismo al CHUO o a cualquier otro hospital, y al final renuncian a hacerlo cuando se enteran que van a tener que ir a realizar guardias a Valdeorras o a Verín. El resultado está a la vista: faltan médicos, siguen faltando, en atención primaria y en los hospitales. Pasaba antes y se agrava con el tiempo.

Un ourensanista convencido y apasionado del cine

Chechu Jiménez se define como un ourensano de siempre. Reflexiona apenas un instante para aseverar que es la ciudad en la que lleva residiendo más tiempo, donde se asentó sin conocerla pero de la que hace bandera porque en ella desarrolló su vida profesional. Logroñés de nacimiento, se licenció en Medicina en Zaragoza y al elegir destino se decantó por Ourense. En un par de ocasiones surgió la posibilidad de marchar, aunque considera un acierto no haber adoptado esa decisión. Además de su trabajo como profesional de medicina interna ejerció varios cargos de responsabilidad.

—¿Cómo se vive la experiencia de ser gerente del CHUO?

—No es fácil. Al ser del mismo centro tienes la ventaja de contar con el conocimiento de causa, pero no es fácil. Eres uno más de un equipo del que formas parte y aunque puedas ver las dificultades o las necesidades es complicado conseguir lo que quieres. No es como en una empresa privada, que sí hay esa capacidad ejecutiva.

—¿Nunca le propusieron el salto a la política como a otros compañeros o no le interesó?

—Sí, hubo propuestas, pero nunca me interesó. Nunca he militado, ni milito, en ningún partido y sí que me puedo identificar con opciones progresistas, o de izquierdas, pero sin compromisos.

—¿De dónde le viene la pasión cinéfila?

—De los tiempos de la universidad y los cineclubes. Que, por cierto, aquí tenemos uno buenísimo como es el Padre Feijoo con el que colaboramos. Ahora iniciaremos la séptima temporada de «Cine y medicina».

—En algún momento sonó su nombre como posible director del OUFF.

—No me consta ni nunca nadie me lo comentó. También le digo que de ser así no tendría recorrido la propuesta. Me gusta el cine, es una pasión, pero no me

considero capacitado para ponerme al frente de ese proyecto.

«No me volveré a presentar para presidir el colegio; el futuro pasa por las mujeres»

José Luis Jiménez Martínez compatibiliza el trabajo en la sanidad pública, como médico internista en el CHUO, con el ejercicio de la profesión en la empresa privada. Desde hace años se ha significado en la reclamación de un modelo que dé respuesta a esta situación y cree que aún queda mucho por hacer.

—¿Se avanzó en la demanda de los profesionales que compatibilizan pública y privada?

—Galicia y Asturias son las únicas comunidades que mantienen modelos obsoletos. Estaba también Andalucía, que ha corregido esta situación hace poco. Que se aplique una disminución muy importante en los salarios lo único que provoca es que profesionales de la pública la dejen para trasladarse a la privada, con lo cual el que sale perjudicado es el sistema y el paciente. La medida tenía sentido en su momento, pero ahora es un anacronismo.

—Comentaba en el 2018, tras ser reelegido, que no optaría a un tercer mandato. ¿Mantiene la palabra o ha cambiado de opinión en estos años?

—La decisión es firme y no va a cambiar. Lo dije entonces y lo mantengo ahora. No me volveré a presentar para presidir el Colexio Oficial de Médicos de Ourense; el futuro pasa por las mujeres y por mantener la línea de trabajo que se inició hace 10 o 15 años. Es decir, menos representatividad y volcarse en la formación, en la implicación social y en promover y apoyar a los médicos jóvenes.

—¿Tiene alguna candidata en mente?

—Para nada. Y no es que la tenga pero no se lo quiera decir. El futuro del colegio pasa por una mujer por una cuestión obvia: porque es necesario que una mujer aporte su gestión a nuestro colectivo y por ser en la actualidad más las colegiadas que los hombres. El futuro pasa por ahí y tendrán que ser las que nos marquen el camino a seguir en los próximos años.