Mario Vega: «La obra hace que el espectador reflexione sobre el sufrimiento de los refugiados»

x. m. r.

OURENSE

Nacho González Oramas

En «Moria» el grupo Unahoramenos pone la mirada en la dura vida en los campos de migrantes

20 ene 2022 . Actualizado a las 14:00 h.

Unahoramenos es un grupo de iniciativas culturales que comenzó su actividad en el año 1999. Además de promover festivales, encuentros y otras programaciones en las islas canarias —sobre todo en Puerto de la Cruz y Santa Cruz de Tenerife— también son desde hace años un grupo habitual en las propuestas que se desarrollan en la península. En el Principal ya han estado en otras ocasiones y Unahoramenos llegará este fin de semana —días 21 y 22— con un espectáculo del que es autor y director Mario Vera. «Moria» toma el nombre del tristemente famoso campo de refugiados y en la obra se cuenta la historia de dos refugiadas y sus familias, a las que no les ha quedado más remedio que huir de sus respectivos países.

—¿Cómo se gestó el proyecto?

—Nosotros trabajamos en el teatro documento y en su momento decidimos que queríamos hacer algo sobre los refugiados y Moria era una referencia ineludible. Y allá nos fuimos, a ver la mayor vergüenza de la humanidad.

—¿Resultó según lo esperado?

—Muchísimo peor. Nos prepararon para lo que nos íbamos a encontrar, pero ni así. Nunca vi nada tan grave ni tan desagradable. En un campo para 3.000 personas estaban hacinados más de 23.000 seres humanos. Sin nada, absolutamente nada, solo la ración de comida. Hicimos una ronda de entrevistas y todas las historias eran brutales y desgarradoras. Al final elegimos a tres mujeres, dos afganas y una iraní, para realizar un trabajo en profundidad.

—¿Cómo es Moria?

—Estar allí dentro es un infierno y se castiga a la gente a vivir en esa jaula. Hubo una condena por las condiciones deplorables y se habló de la necesidad de acabar con esa situación... y al final se creó Moria 2. Con la política de visados el rico se beneficia, como siempre, y al pobre se le condena a muerte. Y todos somos cómplices, porque la gente cuando lo ve cambia de canal en la televisión en lugar de preguntarse cuánto tiempo más vamos a seguir sentenciando a miles de personas sin que nos remuerda la conciencia.

—El montaje propone un acercamiento a través de dos actrices.

—Sí. Es una propuesta de teatro inclusivo. Es una gran carpa en laque entra el público y gracias a las pantallas de 360º da la sensación de estar en el campo de Moria.

—¿Cómo reacciona el público?

—Por lo general no hay aplausos. La obra logra que aflore la empatía de los espectadores y ese conocimiento del sufrimiento hace que «Moria» se convierta en una reflexión sobre la vida. Acercarse a la realidad del refugiado es el objetivo y se consigue.