Las estancias en casa se cambian este año por visitas a los mayores en los centros
26 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.El día de la Lotería, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguraba que «los abuelos y las abuelas van a poder celebrar las Navidades con sus nietos». Hablaba ante la evidencia de una explosión de contagios de coronavirus y una subida de la curva. Se refería a que no habría restricciones que impedirían esos encuentros, aunque después la Xunta recomendó que mejor era celebrar las fiestas con la unidad familiar o, como mucho, con otra más. Cuanta más gente a la mesa procedente de lugares distintos, más riesgo. Y no hay necesidad. Eso es lo que pensaron desde la dirección de algunas residencias de mayores y también las propias familias de los usuarios.
En la de A Veiga nadie salió durante este fin de semana a comer o cenar, ni tampoco lo harán en Nochevieja o Reyes. «Como había habido muchos casos en A Veiga (22 el pasado día 10, en un concello de 857 vecinos) hablé con las familias para que ninguno de los 48 residentes saliera para ir a otra casa, sino que fueran ellos los que vengan de visita», explica Ana Silva, la directora de la residencia que gestiona la Fundación San Rosendo. Y el acuerdo fue unánime. «Todos estuvieron de acuerdo, porque entiende que así protegemos a los mayores», continúa. Cuenta que en verano hicieron muchas actividades en el pueblo, pero que ahora «hay que limitarlo por cómo están los contagios». Asegura que siempre que hay un brote fuera del centro «lo vemos como un estrés, pero nos da seguridad tener la tercera dosis puesta».
Aunque los residentes no vayan a irse, los familiares pueden visitarles cuando quieran, siempre con cita previa y certificado covid. «Además les aconsejamos que se hagan una prueba de antígenos antes de venir y que usen mascarilla FPP2 en lugar de la quirúrgica», dice Silva.
Para que las fiestas sean lo más entrañables posible, en la residencia han organizado un montón de actividades para estas fechas, con menús especiales. De cara a Nochevieja, adelantarán las campanadas Al mediodía, porque hay usuarios que a medianoche estarán dormidos. Para los que sigan despiertos, «repetiremos las uvas», apunta Silva.
Francisco Javier Fontán, de 68 años y natural de Pontevedra, pasa sus primeras Navidades en A Veiga. «Eu vivía só e na miña casa non había tanto Nadal; aquí sinto moita máis calor, estou máis acompañado, somos como unha gran familia», cuenta. Ocho años lleva ya Celestina García en la residencia. Natural de A Veiga, a sus 88 años evita salir del centro, «pola alerxia e polo coronavirus». Reconoce cierta «tristeza» por la situación, pero asegura también que «aquí póñennos moita festa e estamos ben».
Álvaro Franco, de Rianxo, lleva algo más de un año en el centro. Las pasadas Navidades fue la familia a verle. Este año el plan es el mismo, para evitar riesgos ante la evolución de los contagios.
En A Mezquita sí hubo algunas salidas este fin de semana, pero apenas tres de los 55 residentes comieron o cenaron fuera. Después, de vuelta al centro, cuenta su directora, Sonia Atanes. «Hai moitísimos familiares que nos chamaron desde Madrid, País Vasco ou Cataluña, que xa tiñan todo para vir e que decidiron cancelalo. Din que como están as cousas, queren aportar o seu gran de area nesta loita», dice Atanes, que no esconde «o medo e o respecto» con el que viven en la residencia estas fiestas. Aún así, no renuncian a celebrarlas y por eso han organizado numerosas actividades para estas fechas.
Expectante está José Carnero, de Monterrei. A sus 88 años, estas serán sus segundas fiestas en el centro. Las primeras fueron especialmente tristes, con una pandemia por el medio y porque apenas un mes antes había perdido a su mujer, que falleció apenas una semana después de que entrasen en la residencia. Estas Navidades, ya totalmente integrado en A Mezquita, las afronta con ilusión, porque aunque no vendrá su nieta de Madrid, «sei que imos pasar unhas festas de marabilla, como as pasamos todas».