El apagón africano de la carrera de la San Martiño

Rubén Nóvoa Pérez
rubén nóvoa OURENSE / LA VOZ

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El keniata David Kemei venció en la San Martiño en los año 2000 y 2001
El keniata David Kemei venció en la San Martiño en los año 2000 y 2001 No disponible

La contratación de una atleta de Baréin varió la filosofía de la carrera

19 nov 2021 . Actualizado a las 09:54 h.

La presencia de la atleta etíope nacionalizada por Baréin, Kalkidan Gezahegne, en la última edición de la carrera de la San Martiño ha supuesto un cambio de filosofía en la prueba popular ourensana. La apuesta en la última década se había centrado en una prueba de carácter autonómico, que cerraba la puerta a atletas internacionales con buenas marcas. No siempre fue así, ya que entre los años 1997 y 2010 el palmarés estuvo dominado por deportistas de Namibia y Kenia. El primer africano en inscribir su nombre en el palmarés de la San Martiño fue Luketz Swartbooi, de Namibia, en 1997. En la nómina de vencedores del continente africano sobresalen los keniatas David Kemei, Robert Mudago y Peter Kamais, que lograron dos victorias cada uno. También hubo presencia de atletas africanos en la prueba femenina, con victorias finales entre los años 2000 y 2010. La keniata Johanes Teresa se hizo con la prueba de manera consecutiva en los años 2000 y 2001.

¿Cuándo y por qué dejaron de venir los atletas africanos a la San Martiño? Es una pregunta que se ha puesto de actualidad estos días, a raíz de la decisión del alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, de pagar un caché por la presencia de una subcampeona olímpica. El propio regidor aseguró en redes sociales que «durante diez años se trajeron africanos a la San Martiño» y que no había provocado críticas. Fuentes del Consello Municipal de Deportes explican a La Voz que en esa época no se pagaban cachés a los deportistas y que su presencia se debía al interés por los premios que se repartían. Era un grupo de atletas que entrenaban conjuntamente y que aprovechan las populares para ganar dinero y mantenerse en forma, apuntan las mismas fuentes. Su presencia en la San Martiño dejó de ser posible a partir del año 2011. El motivo no tiene que ver con el reparto económico de los premios, que se mantuvo, sino con el hecho de que el Concello de Ourense decidió dejar de pagar el canon para que la prueba fuese internacional y estuviera incluida en el calendario oficial de la Real Federación Española de Atletismo. Fue una decisión política, que ahora ha revocado Jácome.

Desde el 2011 hasta esta última edición, la prueba pasó a tener carácter autonómico y a formar parte del calendario de la Real Federación Galega de Atletismo. Fue este cambio el que eliminó de la línea de salida a los atletas africanos de nivel élite. Y es que la normativa oficial es muy clara al respecto y fija de manera precisa qué deportistas pueden participar y cuáles no en este tipo de pruebas. «En estas competiciones no podrán participar ni atletas españoles con ayuda económica de la RFEA ni atletas extranjeros que hubiesen realizado durante la presente temporada o las dos anteriores una marca con un valor igual o superior a 950 puntos de Tabla IAFF vigente», señala la normativa oficial. En el caso del año 2019, el último en el que tuvo categoría de autonómica la prueba esa marca tope para la prueba de 10 kilómetros era de 30.09 en la categoría masculina y de 36.04 en la femenina. La atleta de Baréin que optaba a batir el récord de mundo y que fue contratada por Jácome para la San Martiño, por ejemplo, cuenta con una marca de 29.38, siete minutos por debajo del tope que se marcaría para poder participar en una prueba de categoría autonómica.

Los premios

Hasta que este año el alcalde de Ourense decidió meter la tijera en los premios que se otorgaban en la carrera de la San Martiño, el Concello de Ourense realizaba un desembolso de 6.900 euros para los mejores clasificados en la prueba. A mayores, se reservaba una partida de 500 euros por si el ganador lograba batir el récord de la prueba, tanto en categoría masculina como femenina. Hasta esta edición, el ganador de la San Martiño se llevaba un premio de 1.000 euros, en cada una de las categorías. La cifra en esta edición se rebajó a los 400 euros. También se ha eliminado un premio especial patrocinado de 300 euros para el primer participante en cruzar el control de los 5 kilómetros en ambas categorías. Al igual que en esta edición, los premios no eran acumulables.

La polémica suscitada por la contratación encargada desde alcaldía de una subcampeona olímpica no impide que el presidente del Consello Municipal de Deportes, Mario Guede, considera que la prueba ha sido un «éxito absoluto». El PSOE, por su parte, censura el «escurantismo» y reclama saber cuánto costó la participación de atletas de élite en la prueba.

Gracias

Jorge Silva, atleta

Gracias carrera de San Martiño. Gracias por brindarnos un espectáculo que lamentablemente solo podemos disfrutar una vez al año.

Los que nos consideramos apasionados del deporte, rozando el frikismo, cuando arrancamos la décima hoja del calendario sabemos que algo grande está a punto de ocurrir. Empezamos a cuidar la alimentación, comprobar el estado de las zapatillas y en cada conversación con los correcolegas aparece un denominador común: ¿qué marca vas a hacer en la San Martiño?

 En mis 42 años de vida no soy consciente de un noviembre sin esta fiesta (maldito covid), nuestra fiesta, la fiesta de los ourensanos, la de los corredores populares y la de los ocasionales. La he visto y vivido saliendo de la Alameda, de Progreso, del puente del Milenio, con 13 kilómetros de distancia, con 10, con corredores populares, profesionales, africanos o nacionales de relumbrón. En esta ocasión por Ourense deslizó su elegante zancada, nada más y nada menos que la subcampeona olímpica y plusmarquista mundial de la distancia. ¡Alucinante!

La plaza Mayor ha visto pasar a García Bragado, Abel Antón, Fermín Cacho… atletas que no necesitan presentación, pero lo vivido el domingo no hay palco en el Bernabéu que lo pague. La mejor atleta mundial de la actualidad en la carrera de nuestra ciudad es suficiente justificación para que el Consello Municipal de Deportes, como organizador de la prueba, destine parte de sus recursos a su contratación. Como cualquier profesional, del sector que sea, desempeña su actividad laboral a cambio de una remuneración, lo que los artistas llaman caché, y esta reina del asfalto lo vale y lo demuestra.

Cansados estábamos años de ver a africanos de tercer nivel enviados por sus representantes a hacer caja a Ourense, pero en esta edición poscovid una atleta corrió a ritmo de récord del mundo hasta pasada la mitad de la prueba. ¡Espectacular!

Gracias Alejandro VI de Ourense por hacerle de improvisada liebre y enhorabuena por superar las cinco victorias de Miguelón en tu particular Tour de Francia.