Como ocurre en todos los ayuntamientos, al arrancar el mandato los partidos representados en la corporación negocian y aprueban el régimen retributivo de la misma (dedicaciones exclusivas, asignaciones a los grupos y reparto de asesores). La Ley de bases de régimen local establece que «el nombramiento y cese de estos funcionarios es libre y corresponde al alcalde», pero hasta ahora el regidor simplemente ejecutaba las propuestas que le trasladaban los respectivos grupos cuando se trataba de sus asesores. Así, por ejemplo, el BNG cambió al suyo porque el que tenían se fue a Madrid contratado por el diputado Néstor Rego y el alcalde se limitó a firmar el relevo.
Pero ahora, como la ley no explicita que los trabajadores eventuales puedan prestar asesoramiento a los grupos de la oposición, el alcalde considera que puede disponer de esas plazas libremente. Este martes mostraba en sus redes sociales un artículo jurídico que avala su teoría de que estos trabajadores solo pueden asesorar a quien los nombra y cesa. Hay, no obstante, otras publicaciones que dicen lo contrario. Lo que sí está claro es que la propuesta de incrementar las asignaciones a los grupos para que sean estos los que contraten directamente a sus eventuales no tiene encaje. El reglamento orgánico del Concello -que transcribe lo que dice la ley- deja claro que esas aportaciones «non poderán destinarse ó pago de remuneracións de persoal».