A. J. Ussía: «Antonio Vega me enseñó el infierno y me trajo de vuelta»

OURENSE

Cedida

El escritor presenta «Vatio» una obra en la que narra su relación con el músico en El Cercano

03 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

A. J. Ussía (Madrid, 1982) firma así porque su nombre es igual que el de su padre, el escritor y periodista Alfonso Ussía. Comparte con él la faceta de novelista, así que así es posible diferenciarles sobre el papel. Pero antes de ser escritor, A. J. quería ser músico. Fue entonces, hace más o menos veinte años, cuando conoció a Antonio Vega. Pasó más de un lustro a su lado, se convirtió en su hombre de confianza, empleado y amigo a tiempo completo. Sobre todo ello habla en «Vatio» un libro que acaba de publicar con su propia editorial, Coba Fina. El jueves lo presenta en Ourense, en El Cercano, a las 20.00 horas.

—¿Cómo llega a cruzarse su vida con la de Antonio Vega?

—Fue por casualidad. Estaba en casa de unos amigos músicos grabando unas maquetas y alguien de la discográfica EMI llamó a uno de los que estábamos. Necesitaba que fuese a buscar a Antonio a una gasolinera que estaba por detrás de Las Barranquillas. El tipo dijo que ni loco, así que le cogí el teléfono y me ofrecí. Me fui a buscarle a ese sitio, bastante inhóspito, y cuando llegué ya se había pirado. Al día siguiente me llamó el de EMI, un poco para devolverme el favor de haberme lanzado a ir, y me propuso si quería ser el conductor. Así empezó todo. Imagínate, yo quería ser cantante, tenía una admiración enorme por Antonio Vega y de repente trabajaba para él.

—Y al trabajar con él, le conoció en profundidad.

—Sabía un poco dónde me metía pero nunca pensé que su vida fuese a ser tan punki. Yo no estaba allí para juzgarle y nunca lo hice, pero vivimos situaciones que por surrealistas y peligrosas parecen de ficción. La movida era bastante desagradable pero Antonio Vega lo compensa. Esta es una novela 100 % real, en la que no utilizo los nombres auténticos porque no nace con la pretensión de ser una biografía del cantante, si no de mí. Aquí narro un viaje por la madurez. Antonio me ensució la mirada, me enseñó el infierno y me trajo de vuelta. Y siempre le voy a estar agradecido. Este libro es una ventana al interior la industria discográfica, del Madrid salvaje y de los poblados de principios de los 2000.

—Ha tenido que montar su propia editorial, Coba Fina, para publicar el libro tal y como lo concibió desde un inicio. ¿A qué se debe?

 —La principal razón es que quería guardar la figura de Antonio Vega.Una editorial muy conocida me ofreció un contrato buenísimo pero querían titular la obra como una canción de Antonio. Creo que la intención iba a ser contar y ahondar en la vida privada de un músico, una parte que quizá no se ha contado. Yo no quería meterme ahí. Mi intención y mi proyecto eran relatar unas vivencias, regresar a un escenario que tengo en el fondo de la mochila, que significó muchísimo para mí y contarlo de forma fiel y digna. Para conseguirlo me he visto inmerso en la creación de Coba Fina y la verdad es que estoy muy satisfecho y feliz de haberlo hecho.

—Le describen como «el tipo que más sabe sobre Antonio Vega». ¿Usted qué cree?

—Hay mucho cliché. No puedo estar de acuerdo con eso. Su banda o su familia le conocen más que yo. Pero sí que es cierto que me he pasado a su lado muchísimas horas, incluso de silencio, y que me conozco cada pelo de su cabeza. Es obvio que todo el tirón mediático de esta novela está recayendo sobre Antonio y espero que los lectores luego no se decepcionen al leer sobre mi vida también.